Esa bandera inglesa colgada en Alatriste me ha repateado el hígado, lo reconozco. Y mucho. Ese asesor histórico que se ahorraron.
— Arturo Pérez-Reverte (@perezreverte) January 22, 2015
Aitor sigue siendo un dignísimo Alatriste. Y el Tercio está a la altura. De los problemas no son ellos la causa.
— Arturo Pérez-Reverte (@perezreverte) January 22, 2015
Tampoco está de más recordar que los derechos no los adquirió Telecinco,sino una productora independiente que luego la vendió a Telecinco.
— Arturo Pérez-Reverte (@perezreverte) January 22, 2015
Y ahora imaginen con qué estado estomacal veo a Belén Esteban y a Olvido Hormigos, tres minutos antes, de teloneras de Caridad la Lebrijana.
— Arturo Pérez-Reverte (@perezreverte) January 22, 2015
Es una verguenza y una falta de respeto que nos quiten la serie de Alatriste así de golpe y sin anunciar.
Es seguro que haya bajado la audiencia, pero creo que la vemos unos cuantos miles y creo que se nos debería de respetar.
Por otro lado nos meten mas de cuatro horas seguidas de Gran Hermano Vip, repito que verguenza.
A estas alturas, el pobre Pérez Reverte, si estuviera muerto (que Dios nos lo guarde muchos años aún), se estaría revolviendo en su tumba. Y como siga así la cosa, de la úlcera de estómago que se le tiene qeu estar formando, va a tener que tener una farmacia en su casa, porque ya no sólo me parece una falta de respeto a la magnífica obra de este hombre y su estudio riguroso de la Historia como están tratando la serie, sino también una falta de respeto a todo el telespectador que la seguía.
No es normal que tengamos que no haya nada decente en Telecinco (todos los días de cuatro de la tarde a ocho programa de cotilleos y Belén Esteban y Gran Hermano), sino que ahora antes de Alatriste ya no se conforman con media horita de esa bazofia de Gran Hermano, sino que lo han alargado y la serie empieza a las once y media, con lo cual, quienes tenemos que levantarnos temprano para trabajar y la seguíamos, más por entretenimiento que porque estuviera al nivel de los libros, nos hemos retirado por las horas intempestivas e imposibles a las que termina. Así no hay forma de que nadie se enganche. Es una vergüenza el trato vejatorio al escritor y a los actores que hacen lo que mejor saben hacer dentro del guión que les ha tocado.