La expedición de “Al filo de lo imposible” regresa a España después de una aventura que comenzó el pasado 4 de marzo, cuando emprendieron el viaje para coronar las dos últimas cumbres del desafío “14×8.000”: el Annapurna y el Shisha Pangma. Este miércoles, 26 de mayo, han aterrizado de vuelta en el aeropuerto de Madrid-Barajas con el objetivo cumplido.
Para la alpinista Edurne Pasabán supone además el reconocimiento como la primera mujer española que pisa las catorce cimas más altas del planeta. Han sido nueve años para completar esta gesta, que marca un nuevo hito en el deporte español.
En rueda de prensa, Edurne ha declarado que se siente feliz: “hace 10 años nunca imaginé que en este momento tendría a un equipo al lado, a Santiago, director de la Televisión Española o a Jaime Lissavetzky”. Porque para la alpinista vasca, “lo mejor de este proyecto ha sido la gente que me ha acompañado, gracias a los que he conseguido los 14 ochomiles”.
Por parte de TVE, su director, Santiago González, ha destacado la función de servicio público que cumple la cadena “al estar presente en los grandes acontecimientos”. En este caso, “ahora nos toca trasladarlo, además en alta definición, con la máxima calidad de sonido, y también por nuestra web. Todo para poder disfrutarlo a través de la pantalla de TVE”.
El mayor reconocimiento le ha llegado a Edurne también en este acto, en el que el secretario de Estado para el Deporte le ha anunciado la concesión de la Medalla de Oro al Mérito Deportivo, por parte del Consejo Superior de Deportes. Jaime Lissavetzky ha ensalzado el esfuerzo de Pasabán, gracias al cual ha podido “atraer a entidades tan importantes como Televisión Española y Al filo de lo imposible”. Para Lissavetzky, ser la primera europea que sube los 14 ochomiles la convierte “en un referente” y la sitúa “en la memoria colectiva de los españoles”.
La alpinista ha afirmado que tiene “en mente” la ascensión sin oxígeno al Everest, aunque de momento su prioridad es descansar y disfrutar de sus amigos y de su familia.
“El mejor equipo del mundo”
Junto a Edurne, han vuelto a casa sus compañeros de expedición: Álex Chicón, Asier Izaguirre, y Nacho Orviz, que hollaron con ella la cumbre del Shisha Pangma, así como David Pérez, coordinador del programa “Al filo de lo imposible”, Sergio Casas, reportero gráfico, y Pablo Díaz-Munío, médico. Todos han formado un sólido equipo, del que también formó parte Ferrán Latorre, cámara de altura que sufrió un accidente durante la ascensión al Annapurna, tras el cual tuvo que ser evacuado y trasladado a España. Sin el esfuerzo y el compañerismo entre todos ellos hubiera sido imposible culminar con éxito esta aventura.
Lo ha destacado la montañera en todo momento: “son el mejor equipo del mundo. Subo yo a las montañas, yo me esfuerzo, pero sin ellos no hubiera conseguido los 14 ochomiles”. “Han sido compañeros de cordada, escaladores y sobre todo amigos”, ha subrayado emocionada.
También ha tenido un recuerdo para los sherpas que los acompañan prestan una gran ayuda para subir a las cimas, en países como Nepal o el Tíbet.
Miss Oh Eun Sun
Preguntada por su competición con la surcoreana Oh Eun Sun, Edurne ha evitado la polémica: “terminó los 14 antes que yo, por eso en este momento es la primera”.
Además, ha explicado que su Miss Oh debe ahora presentar pruebas que confirmen sus cumbres: “Miss Hawley (la periodista británica que ejerce de árbitro en el himalayismo) pone algunas de sus cumbres como dudosas. Yo la he entregado 14 fotos de mis cumbres con dossieres de los equipos que me acompañaron. Le han pedido lo mismo a Miss Oh para confirmarlas”.
Los ochomiles de Edurne
La relación de Edurne Pasabán (Tolosa, 1 de agosto de 1973) con la montaña nació durante su infancia, en los montes de su Guipúzcoa natal. Del País Vasco a los Pirineos, y de allí a los clásicos retos alpinistas de los Alpes y los Andes, hasta que dio el salto al Himalaya en 1998.
Su éxito en la cumbres de más de 8.000 comenzó en 2001, con las ascensión del mayor gigante de la Tierra: el Everest (8.848 metros). Fue el pistolezo de salida de una carrera que acaba de culminar, nueve años después: en 2002 coronó el Makalu (8.463 metros) y el Cho-Oyu (8.201 metros). 2003 fue un año fructífero, con las cumbres del Lhotse (8.516 metros), y los Gasherbrum II y I (8.035 y 8.068 metros respectivamente), que fueron las primeras montañas en las que se unió al equipo de “Al filo de lo imposible”. En 2004, continuó su periplo por el Karakórum, con la dificilísima ascensión del K2 (8.611 metros). En 2005, coronaría el Nanga Parbat (8.125 metros).
Dos años después, retomó su desafío, ya sin interrupciones hasta el final: en 2007 holló la cima del Broad Peak, a 8.047 metros de altitud. El Dhaulagiri (8.167 metros) y el Manaslu (8.156) llegarían en 2008. En 2009 fue el turno del Kangchenjunga (8.586 metros), la segunda de las cumbres que puso al equipo, literalmente, “al filo de lo imposible”. Esta primavera ha supuesto el fin de la aventura, al enlazar las ascensiones del Annapurna (8.091 metros) y del Shisha Pangma (8.027 metros). Al mismo tiempo, Edurne protagonizaba junto a la coreana Oh Eun Sun una de las competiciones más trepidantes que ha vivido el Himalaya, en el intento de ser la primera mujer en el mundo en coronar los catorce ochomiles.
Las imágenes de la cumbre del Shisha mostraban a una Edurne dominada por la emoción y la gratitud hacia todas las personas que la han apoyado en esta gesta deportiva. En nueve años, ha tenido que superar dificultades físicas y psicológicas: intentos fallidos de coronar montañas; la evacuación durante el descenso del K2; el difícil regreso desde el Kangchenjunga; congelaciones y otras dolencias; y sobre todo, la pérdida de compañeros de otras expediciones, golpeados para siempre por la montaña, como Iñaki Ochoa, o el recientemente fallecido Tolo Calafat.
Para Edurne, “han sido 9 años dedicados a la montaña, en los que he dejado de lado muchas cosas, en los que he perdido muchos amigos. Parte de todo este éxito es para los que no están aquí”
Según la tolosarra, su peor recuerdo es la expedición al K2 en 2004, mientras que la más sencilla fue la ascensión del Cho-Oyu. Sobre las dos útimas cumbres, ha explicado que “fuimos con miedo al Annapurna, pero luego trabajamos muy bien”. En cambio, el Shisha Pangma fue muy duro: “llegamos muy aclimatados y tuvimos que esperar 17 días para una ventana de buen tiempo. Ha sido lo más duro”.
Al filo de lo imposible
El equipo de “Al filo de lo imposible” y Edurne Pasabán iniciaron su relación en el año 2003, con la incorporación de la alpinista a la expedición al Gasherbrum II, su quinto ochomil, y hasta hoy ha sido el principal apoyo de la montañera vasca en todas sus expediciones.
“Al filo de lo imposible” ha sido, además, testigo de excepción de la hazaña de Edurne Pasabán, y ha grabado las mejores imágenes de esos colosos de piedra para que los espectadores de TVE se transporten hasta las cimas más altas del mundo. Así, “Al filo” emitió, a partir de 2005, “Gran cristal”, el documental sobre la ascensión al K2; “Flores de nieve”, un capítulo que muestra las expediciones al Gasherbrum I y II; y “Nanga, la montaña desnuda”, que relata el viaje al Nanga Parbat.
En su última temporada, que arrancó en septiembre de 2009 con imagen y equipo renovado, “Al filo” ha ofrecido los documentales “La tierra de los Gurka”, sobre el Manaslu; “Dhaulagiri”, dedicado a la montaña del mismo nombre; “La espalda del dragón”, que muestra la ascensión al Broad Peak; y “El tesoro de la gran nieve”, que narra la aventura en el Kangchenjunga; así como los anteriores intentos de coronar, sin éxito, el Annapurna y el Shisha Pangma, y el documental especial “Las montañas de Edurne”, un homenaje con motivo de la culminación del reto.
“Al filo de lo imposible” tiene pendiente la emisión de los documentales dedicados a las cumbres de esta primavera: el Annapurna y el Shisha Pangma, grabados en alta definición y con sonido de máxima calidad (5.1). El director de TVE, Santiago González, ha explicado que “van a revisar todo el material para hacer una buena edición”, con las mejores imágenes para ofrecer “un producto estrella”.
Por su parte, Edurne ha confirmado que seguriá colaborando con “Al filo”: “me gustaría que la cordada continuará, que siguiéramos todos de la mano”
Veterano en TVE
Con 25 años a sus espaldas, “Al filo de lo imposible” es ya un programa veterano en la cadena pública. Es un cuarto de siglo, haciendo vibrar a los espectadores con imágenes que transmiten belleza y riesgo a partes iguales, desde los rincones más remotos de la Tierra. Pero por encima de todo, el programa transmite desde sus comienzos unos valores claros: amor por el deporte, compañerismo y espíritu de superación.
El programa ha recibido numerosos galardones a lo largo de su historia. Ahora mismo, está pendiente del fallo de los BANFF World Televisión Awards, más conocidos como “Premios Rockie”, que han seleccionado como finalista el episodio “El tesoro de la gran nieve”, sobre la ascensión al Kangchenjunga.
Son el reconocimiento al trabajo de unos profesionales dirigidos por Carmen Portilla. Antonio Perezgrueso (subdirección), Santiago Campo y María Belmonte (producción), Pepe Rey (montaje), Manuel Rojo (realización), Pablo Villalba, Mar Racamonde y Ana Marcos (guionistas), Suso Saiz y Juan Manuel Cortés (música), completan el equipo que trabaja desde Madrid.
A su vez, en los siete años de expediciones con Edurne Pasabán, “Al filo” la ha acompañado con los mejores especialistas en la montaña: David Pérez (coordinación); Sergio Casas, Sergio Alfaro, Ramón Fernández y Fernando Martín, reporteros gráficos; Ferrán Latorre y Nacho Orviz, cámaras de altura; o los alpinistas Juanito Oiarzábal, Iván Vallejo, Jorge Egocheaga, Míkel Zabalza, Silvio Mondinelli, Josu Bereziartua, y Juan Vallejo.