Nadie que conozca el humor vitriólico de Seth MacFarlane puede sorprenderse al conocer al protagonista de “Padre Made in USA” (“American Dad”), una especie de Peter Griffith patriota y además agente de la CIA, cuyas “virtudes” pueden dejar al prócer de “Padre de familia” convertido en Einstein.
FOX estrenará en octubre la cuarta entrega de esta serie, creada un poco después que la mencionada “Padre de familia”, pero con idéntica capacidad para ironizar sobre todos los tópicos que rodean la cultura americana, incluido hasta el gobierno y su sistema de seguridad.
“Padre Made in USA” estará en antena de lunes a viernes, a las 19.55 horas, desde el día 15 de octubre.
A diferencia de Peter Griffin, Stan Smith, el personaje central de “Padre Made in USA” sí tiene un trabajo relevante y muy sólidas posiciones ideológicas: republicano, conservador, egocéntrico y altamente paranoico, sus únicos objetivos en la vida son garantizar la seguridad nacional y proteger a su familia de ataques terroristas.
A ello le ayuda su trabajo como agente de la CIA, pero su obsesión por desenmascarar terroristas le lleva demasiado lejos. Por ejemplo, a desconfiar de amigos y vecinos, en una espiral de paranoia de la que tampoco se escapan sus tintes racistas y homófobos.
El resto del clan Smith lo forman su mujer, Francine, bastante sarcástica y bastante más liberal que su marido. De joven coqueteó con las drogas y ahora es una devota cristiana que se gana se gana la vida como profesora de religión, y sus hijos: Steve, su hijo adolescente empollón, obsesionado con las chicas, al que su padre trata en vano de convertir en un verdadero “joven americano”, y Hayley, una joven de 18 años mucho más progresista que toda el resto de la familia. Detesta sus valores conservadores, ha trabajado como stripper y hasta se ha atrevido a posar desnuda.
La familia cuenta también con otros dos extravagantes miembros: el extraterrestre Roger, descubierto por Stan en una de sus misiones, y el pez con el cerebro de un esquiador olímpico alemán, llamado originalmente Maurice, conocido como Klaus.
Aficionado a la bebida y a la comida basura, Roger es gordo, carece de estructura ósea y lanza por sus branquias una especie de excremento verde. También es algo afeminado, lo que se acrecienta en época de celo cuando segrega un líquido blanco de sus mamas. Le cuesta mucho ser amable.
Klaus, por su parte, es la mascota de la familia. En realidad, era un saltador de esquí olímpico de la antigua Alemania del Este, pero la CIA le cambió el cerebro por el de un pez para evitar que ganase una medalla de oro. Klaus está loco por Francine y desde su pecera es capaz de hablar y razonar con el resto de los miembros de la familia.