Lucia despierta con un dolor de muelas. Lo que en cualquier otro hogar es una cosa “normal”, en casa de los Castillo se convierte en una situación de peligro cuando, a causa de la fiebre los poderes de la niña se descontrolan de forma sorprendente.
Y el riesgo es aún mayor con la presencia permanente de Rosa, que ha convencido a Mario de formar un negocio juntos… lo que significa que estará constantemente en casa de los Castillo, ante el disgusto de Jimena.
Mientras, Culebra se comporta cada vez más arisco y distante, se mete en peleas y se aleja de la familia… atormentado por la relación entre Sandra y Ángel. Cuando finalmente estalla, decide contarle a Jimena todas sus dudas sobre el “chico nuevo”: cree que oculta algo, que no se puede fiar de él, Jimena le escucha y duda… ¿Y si Culebra tiene razón?
Lo que ellos no saben es que Ángel está escuchando su conversación, y ante la posibilidad de ser descubierto, traza un nuevo plan para, utilizando a Blanca como señuelo, intentar librarse de Jimena… para siempre.