Este sábado, 5 de marzo, a las 08:50 horas, laSexta emite un documental sobre la importancia de la ciencia aplicada al fútbol. En él, David Beckham explica sus entrenamientos y cómo la ciencia le ayudó a mejorar su libre directo. Su compañero de selección, Gareth Southgate, afirma: “si intentara chutar de la manera en que él lo hace, me saltarían los ligamentos de la rodilla por los aires.”

Con sólo 21 años, Beckham fue decisivo en el mundial Francia 98, en el partido en el que Inglaterra se jugaba pasar de ronda frente a Colombia. Su disparo de falta les dio la victoria. Había nacido una estrella. Sin embargo, David quería mejorar y ahí entró en juego la ciencia. Gracias a ella, se analizaron todos sus movimientos durante el lanzamiento de la falta y determinaron que la potencia en el disparo se debía al movimiento hacia delante de hombros y cadera al chutar.

La aplicación de la ciencia al fútbol ha revolucionado el deporte. El equipo Middlesbrough de Inglaterra fue de los primeros en innovar. Para ello, contaban con los especialistas en psicología deportiva Chris Barnes y Bill Beswick. Barnes, responsable del equipo de expertos científicos del Boro, se aseguraba de que los jugadores estuvieran en buena forma física para soportar el nivel de juego.

Gracias a ellos, los jugadores de fútbol han mejorado su juego en función de la posición que ocupen en el campo. El entrenamiento específico es fundamental para lograr el mejor rendimiento durante los partidos. Para prepararlos, Barnes y Beswick miden la velocidad, agilidad, resistencia general, la fuerza y la potencia de los jugadores. De esta forma, pueden prepararles dietas específicas para que consuman las 3500 calorías diarias que necesitan.

Además del trabajo individual, es necesario que se sientan a gusto como grupo, como equipo. Beswick planea hasta el último detalle para conseguirlo y ha modificado los vestuarios del Middlesbrough de forma que se unifique en un gran vestuario y zona de masajes, para que los jugadores puedan interactuar en todo momento. Otra de sus técnicas es diferenciar dos “yo” en los jugadores, el “yo” personal y el profesional. La técnica consiste en preparar ocho palabras que definan el “yo” jugador y, una vez pisen el césped, se concentren en ellas para proyectar su labor sobre el terreno de juego.

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