Teresa y Santiago han sido víctimas de sendas trampas: Sheila, la prostituta del Yamila que intentó que echaran a Teresa del país y que además le robó todos sus ahorros, aparece golpeada y medio muerta en una esquina.
Tras el encontronazo que tuvieron ambas mujeres en el pasado, todo el mundo asume que Teresa ha sido responsable, de alguna manera, de la paliza que se ha llevado Sheila. El riesgo de ser detenida y deportada a México, donde su vida no valdría nada, vuelve a rondar la vida de Teresa Mendoza.
A Santiago, por su parte, el poderoso clan gallego de los Pernas se la ha jugado en plena mar. Les han utilizado de cebo en un traslado de droga a la península. Han facilitado el paradero y la trayectoria de su lancha rápida a las autoridades.
Cargados con la mercancía ilegal, Santiago y su socio se ven rodeados por los guardacostas. No queda otra salida que intentar la huida para no ser detenidos por las autoridades.