Teresa, dispuesta a conseguir que Santiago tenga su ansiado puesto como transportista de hachís, accede a acostarse con el coronel Chaib que es quien controla el trafico ilegal entre Marruecos y la península. Santiago se entera de lo que acaba de hacer Teresa, y la bronca entre ambos es monumental.
Superado este momento, Santiago, todavía dolido, comienza a trabajar introduciendo por lancha la droga en España. El dinero empieza a llegar, y con él la buena vida. Sin embargo, Teresa está temerosa de que la historia se repita: piensa que, como le sucedió a el Güero, su primer novio mexicano, Santiago pueda morir en cualquier entrega de droga. No va desencaminada Teresa ya que Dris, celoso por su relación con el gallego, parece dispuesto a cualquier cosa por separarles. En esas, un nuevo cargamento aguarda a que Santiago lo transporte. Y las cosas no van a ir como él espera…