Sara recibe la visita de una monja del convento de Río Tinto para hablar sobre sus orígenes.
Mientras, Roberto está detenido. Álvaro aparece con una escopeta con la intención de matarle pues cree que ha intentado violar a Eugenia Montoro, su hermana. Miguel confía en la inocencia de Roberto y le apoya. Por su parte don Abel se preocupa por el caso del intento de violación y visita el cuartel para obtener información de primera mano.
En estas circunstancias, Martina es la única que sigue pensando en los negocios e invita al gobernador y a su esposa a merendar.