Ni se imaginaban en qué consistía el sacrificio a cambio de sus pasaportes. Llegaron los primeros y aceptaron el reto: raparse el pelo. Algo muy duro para Cuqui, que no podía evitar las lágrimas mientras su pelo caía al suelo.

Eso sí, a cambio, además de los pasaportes para Tanzania, disfrutaron de una jornada de relax, lujo y descanso.

Padre e hijo, Santiago y Javi, no han podido conseguir los pasaportes para Tanzania. Arrastraban el handicap de la etapa anterior (lo que les retrasó no sólo a la salida, sino durante todo el recorrido), y no han superado a los cuñados, que llegaron antes a la meta.

Acaba la aventura así para padre e hijo.

 

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