Una de las grandes apuestas de la ABC para esta nueva temporada, la serie ambientada en la compañía aérea ‘Pan Am’, se ha situado en tan sólo cinco capítulos en la llamada zona de peligro, con muchas papeletas para ser cancelada. Utilizando el símil aeronáutico, lo que comenzó como un estreno de altos vuelos, reuniendo a más de once millones de espectadores con unos demográficos de 3,1, está sufriendo un descenso forzoso de final incierto al obtener una audiencia de menos de seis millones en sus dos últimas emisiones.
Pero tanto la cadena estadounidense como la productora Sony Pictures han decidido no tirar la toalla con la serie y contratar a un piloto de emergencia que dirija la ficción hacia un nuevo rumbo con el que remontar las audiencias. El encargado de salvar a ‘Pan Am’ del desastre será Steven Maeda, uno de los productores de ‘Perdidos’ y guionista de series como ‘Miénteme’ y ‘Expediente X’, que se unirá inmediatamente al equipo actual de productores ejecutivos. Por delante tienen una misión complicada pero no imposible, puesto que la ficción protagonizada por Christina Ricci cuenta con muchos puntos a su favor, aunque también algunos flecos que convendría mejorar. Ahí van cinco aspectos que podrían salvar a ‘Pan Am’ de la quema.
1. Profundizar en los personajes |
‘Pan Am’ ha logrado uno de los aspectos más difíciles de conseguir en una serie coral, el casting perfecto. Ninguno de sus actores chirría y eso es algo que los responsables deberían aprovechar, ya que la química entre ellos consigue una atmósfera de simpatía y empatía con el espectador. El piloto de la serie logró cautivar a un gran número de espectadores porque presentó a las protagonistas de la forma adecuada, mediante ‘flashbacks’ y estableciendo las relaciones entre cada una de ellas. Sin embargo, en los capítulos siguientes se sacrifica la profundidad de los personajes por una trama más difusa y plagada de anécdotas banales. Aunque cada episodio parece querer centrarse en alguien específico (el de Berlín, en el pasado de la francesa Colette; el de Yakarta, en el del copiloto Ted), al siguiente estos personajes pasan a un segundo plano con el que se pierde el interés por ellos.
2. Potenciar la trama de espionaje |
El uso de azafatas de una de las compañías americanas más potentes como espías de la CIA en plena Guerra Fría fue uno de los elementos más sorprendentes del primer capítulo. En cambio, en los siguientes episodios lo que parecía una trama plagada de misterios y de preguntas sin resolver se convierte en un mero intercambio de paquetes de contenido sin identificar. Somos testigos de los apuros de la entrañable Kate para llevar a cabo sus misiones pero no con el suficiente gancho o emoción como para que la trama de espionaje resulte estimulante. Seguro que las falsas identidades, los topos y, sobre todo, la KGB pueden dar mucho más de sí.
3. Favorecer las relaciones amorosas |
Está muy bien la ambición política de ‘Pan Am’ pero si ésta se tiene que limitar a ver cómo Maggie pierde el norte por ver a John F. Kennedy, mejor dejarla en un simple contexto para estimular lo que más puede interesar de la serie, los líos amorosos entre los tripulantes. Es un recurso fácil y explotado, pero con el potencial de los actores sería una lástima no aprovechar para jugar con sus historias de amor y desamor. La trama ya ha demostrado que gana interés cuando hay conflicto entre las dos hermanas o entre el piloto y su novia desaparecida. Como el círculo de intérpretes es muy reducido para tanto embrollo, no estaría de más la incorporación de nuevas caras que consigan dar un vuelco a las tramas, por ahora bastante previsibles.
4. Más trama a bordo |
Un espacio reducido como un avión ya ha demostrado todo su potencial para lograr tramas de lo más variopintas, desde pasajeros con manías extrañas que potenciarían el lado cómico de la serie hasta situaciones dramáticas que seguro que se han vivido a bordo en más de una ocasión. La relación de una de las azafatas con un viajero casado o la aparición repentina de la madre de las hermanas son dos de las situaciones más recordadas y han tenido lugar dentro de la cabina del avión. Ya que la serie toma el nombre de una aerolínea de lujo, que menos que reflejar la sociedad de los años 60 a través de su clientela.
5. Evitar la estructura casi procedimental de ciudad por capítulo |
Lo original termina por convertirse en previsible y la idea de centrar cada episodio en una ciudad de destino distinta ha terminado por ser uno de los aspectos más tediosos y monótonos de la serie. Tampoco ayuda la recreación de lugares exóticos con decorados de cartón piedra. Los medios que se malgastan en reproducir un mercado indonesio o un rincón parisino se podrían invertir en espacios comunes o en situaciones que añadan intensidad a la trama, como persecuciones o conflictos laborales y de género en la empresa. Además de aportar interés se conseguiría una radiografía más fidedigna de la época.
Pol Morales