Verano de 2003. ‘Aquí hay tomate’ inicia su particular cruzada contra Isabel Pantoja de la mano de Mila Ximénez, que la acusa de beneficiarse económicamente de su estrecha relación con Encarna Sánchez. Noviembre de 2011. La tonadillera se dirige a los espectadores de Telecinco promocionando una gala navideña con sus grandes éxitos. Entre ambas fechas, con multitud de querellas de la cantante amontonadas en los despachos de Fuencarral, la cadena ha pasado de ser la mayor pesadilla de la Pantoja a su auténtica pantalla amiga.
En este inesperado capítulo de tan tortuosa relación existe una fecha clave, 16 de junio de 2011, cuando Isabel Pantoja pisó por primera vez los pasillos de Telecinco tras años de rencillas para recibir a su hijo Kiko Rivera en la gala de ‘Supervivientes’. Lo hacía después de toda una etapa de enfrentamientos entre ambas partes y lo hacía en un concurso presentado por Jorge Javier Vázquez, el rostro más visible de la contienda. La cantante dejó bien claro, ante un arrollador 27% de la audiencia, que perdona pero no olvida. “El daño hecho está. El dolor psicológico durante 27 años no hay quien lo aguante” le restregó en directo al badalonés.
Pero el caso es que los acontecimientos han forzado a Isabel Pantoja a olvidar el pasado, o al menos a convivir con él de la forma más disimulada posible. En un giro inesperado, el canal de Mediaset, con Paolo Vasile a la cabeza, se ha convertido en el salvador de un futuro que se le avecinaba oscuro, casi negro, a la tonadillera. El fiscal en el caso Malaya pide para ella tres años y medio de prisión y una multa de 3,6 millones de euros por un delito continuado de blanqueo de capitales, suma que la cantante admitió ser incapaz de asumir.
Las probabilidades de una sanción son tan altas que Isabel Pantoja no ha tenido otro remedio que encontrar la solución en su peor enemiga, la prensa. El primero en aprovechar la delicada situación de la viuda de Paquirri ha sido el propio Vasile, que le puso encima de la mesa un contrato difícil de rechazar y que los medios sitúan entre el millón y los dos millones de euros. Paquirrín también se puso manos a la obra para ayudar a su madre y juntos vendieron una exclusiva a la revista ¡Hola! que también rondaría el millón de euros pero que ahora estaría en peligro tras la pérdida de su hijo con Jessica Bueno.
El tiempo dirá si el peaje que tendrá que pagar Isabel Pantoja en Telecinco para salvar su deuda será o no demasiado alto. De momento, la cadena está dispuesta a exprimir el contrato al máximo. Tras las apariciones de su hijo en ‘Supervivientes’, ‘Más allá de la vida’ y ‘Tú sí que vales’, ahora será el turno de la coplera, que ha inundado la parrilla navideña con una gala musical producida por José Luis Moreno y para la que se agotaron todas las entradas y unas campanadas de fin de año junto a Jorge Javier Vázquez que se prevén más sonadas que las que protagonizó Belén Esteban.
Pero si la Pantoja ha tenido que tragarse el orgullo para ofrecer su mejor sonrisa en Telecinco, el canal tampoco se ha quedado atrás. Del acoso y derribo hemos pasado, matrimonio mediante, a una campaña de limpieza de imagen inaudita en Fuencarral. Mientras los periodistas de confianza de la cantante, con Chelo García Cortés a la cabeza, invadían los programas de cotilleo de su parrilla, Mediaset también suspendió de manera inmediata el rodaje de una miniserie sobre los capítulos más espinosos de la vida de Isabel Pantoja.
La ‘tv-movie’ ya tenía nombre (‘Mi gitana’), protagonista (Eva Marciel, de ‘Yo soy Bea’) e incluso gran parte de su grabación finalizada. Producida por Mandarina, productora filial de la casa, al parecer la serie no ahorraba detalles sobre la tortuosa relación de la tonadillera con Encarna Sánchez y Julián Muñoz, entre otros asuntos incómodos de su trayectoria personal. Pero el reciente contrato de no agresión entre ambas partes ha relegado el polémico proyecto a un cajón que, de momento, no se prevé abrir.
¿Quién ha tenido que renunciar más en esta relación? ¿Quién saldrá más beneficiado de la jugada? Mientras Isabel Pantoja se asegura una buena cantidad económica que suavice sus apuros judiciales, Telecinco se ha marcado un tanto que, sin duda, sabrá amortizar. Está por ver si las audiencias acompañarán a esta repentina corriente favorable, pero es evidente que el morbo, y el éxito, estarán servidos el día del juicio final.
Pol Morales