El estreno de ‘Missing’ ha hecho saltar todas las alarmas. Ashley Judd, la reina de los ‘thrillers’, regresaba a la pantalla después de varios años de retiro forzado con un rostro irreconocible, víctima de una cirugía que bien lejos de ser estética ha transformado su cara por completo. Piel brillante, pómulos hinchados, sonrisa artificial. Son sólo algunos de los signos que demuestran que la actriz de tan sólo 43 años ha abusado del relleno facial. Las reacciones han sido tantas y probablemente tan duras, que Judd se ha visto obligada a responder, aludiendo sin demasiada credibilidad que la hinchazón se debió a los medicamentos contra la gripe y la sinusitis.
En todo caso, Judd no es la primera ni la única actriz de la pequeña pantalla que regresa del quirófano con una nueva y cuestionable imagen. La gran mayoría de intérpretes que intentan disimular los efectos de la edad al final terminan remarcando los estragos del bisturí. Pocas sobreviven a la espiral de operaciones, injertos, inyecciones y demás prácticas de cirugía estética sin perder su identidad por el camino. La siguiente es tan sólo una pequeña muestra de estrellas de la televisión reconstruidas por el bótox y demás tratamientos estéticos.
Madeleine Stowe
La que fuera una de las musas eróticas del cine de los 90 (‘El último mohicano’, ‘La hija del general’) ha regresado este año a la palestra con una imagen tan aterradora como su personaje en ‘Revenge’. Los pómulos prominentes y una frente lisa y tersa como la de un bebé impiden reconocer a esta talentosa actriz de 54 años que sigue negándose a envejecer. Al final, el deterioro le ha llegado más por el bisturí que por la edad.
Jessica Lange
¿Cómo lucir un rostro más juvenil y lozano a los 63 años que a los 50? Pues o estamos ante un nuevo fantasma de ‘American Horror Story’ sobre el que no pasa el tiempo o por obra y milagro de la cirugía estética. Así subía Jessica Lange al escenario de los Screen Actors Guild Awards para recoger el premio por su papel de Constance, con una piel radiante en la que ya no hay espacio para las arrugas. La protagonista de ‘El cabo del miedo’ quizá ha llevado demasiado lejos su propósito de no aparentar la edad que tiene.
Glenn Close
Parte de la frialdad del personaje de Patty Hewes se lo debe la actriz a su nueva fisonomía, acartonada y totalmente desprovista de expresividad. Glenn Close recuperaba la gloria con la serie ‘Daños y perjuicios’ y lo hacía desprendiéndose de los rastros de la edad de jubilación. Por suerte, su incursión en el camino sin retorno del bótox no la ha desprovisto de los rasgos que siempre la identificarán como la aterradora Alex de ‘Atracción fatal’.
Vanessa Williams
Cualquiera de sus compañeras en ‘Mujeres Desesperadas’ podría sumarse a esta lista, incluida Lynette Scavo, la que parecía tener más reticencias a los retoques. Pero la última en incorporarse a la serie, esta otrora sex-symbol que embriagó a Chayanne en ‘Baila conmigo’, es quizá el caso más paradigmático en Wisteria Lane de la cirugía estética mal entendida. Para colmo, su personaje Renee presume de físico despampanante, otra crueldad más del guionista Marc Cherry a la altura de la muerte electrocutada de Nicolette Sheridan.
Julianna Margulies
Uno de los cambios más abismales y sorprendentes, y probablemente de los pocos que para mejor, es el de la gran Julianna Margulies, curiosamente también con un personaje, el de Alicia Florrick, bastante frío e impenetrable. La mejoría no se la debe tan sólo a la cirugía, sino a un completo cambio de imagen que abarca desde el pelo hasta las cejas. Si en ‘Urgencias’ lucía un aspecto ochentero y cercano al de Gloria Estefan, en ‘The good wife’ presenta una fisonomía sin estridencias y acorde con su edad.
Ellen Pompeo
La protagonista de ‘Anatomía de Grey’ es el equivalente en la pequeña pantalla de Renée Zellweger. Sus rostros han experimentado todas las fases de brillo posibles y sus ojos han rozado lo asiático en múltiples ocasiones. Tan sólo hay que echar un vistazo a una imagen de juventud para certificar la impresionante transformación que ha sufrido la actriz a sus tan sólo 43 años. Seguramente en manos de su compañero Mark Sloan habría obtenido mejores resultados.
Calista Flockhart
Otra intérprete que mucho antes de los cuarenta ha convertido el quirófano en su segundo hogar. Y es que la esposa de Harrison Ford siempre ha estado muy preocupada por su físico, hasta el punto que también pesaron sobre ella las acusaciones de anorexia. El caso es que la frescura y la espontaneidad que la hicieron destacar en ‘Ally McBeal’ desaparecieron por completo con el rostro terso e inexpresivo que luciría después en ‘Cinco hermanos’.
Heather Locklear
Dejamos para el final el caso más extremo, el de una modelo y actriz que nunca se caracterizó por su naturalidad en el físico pero que innegablemente era una chica cañón. La pérfida Amanda de ‘Melrose Place’ apareció en 2008 de esta guisa en una playa de Hawai, con unas facciones que bien podrían servirle para encarnar a la nueva Catwoman de Christopher Nolan. El colágeno, el bótox o la sustancia que fuera la causante de semejante malformación la convirtieron durante unos días en un ser totalmente distinto. Por suerte para ella, los efectos secundarios han desaparecido en la actualidad.
Dylan McDermott
Para que no lluevan las acusaciones de machismo, incluyamos también una pequeña muestra de hombres que también han sucumbido a los retoques estéticos. Uno de ellos ha protagonizado una de las series revelación de la temporada, ‘American Horror Story’. Es evidente que McDermott luce un físico envidiable a sus cuarenta y pocos (la producción de terror se encargó bien de mostrárnoslo) pero en su cara, estirada y hinchada, ya no vemos al apuesto galán de ‘El abogado’.
Charles Mesure
Marc Cherry tuvo que ingeniárselas para encontrar un pretendiente perfecto para el personaje de Vanessa Williams en ‘Mujeres desesperadas’. Y, desde luego, este inglés de 42 años está a la altura de las circunstancias, sobre todo en cuanto a bótox se refiere. Charles Mesure es un actor desconocido, pero no sólo para el gran público sino también para él mismo, ya que entre ambas imágenes media una mutación absolutamente irreconocible.
Rob Lowe
El actor protagonizaba la portada de mayo de 2011 de la versión estadounidense de ‘Vanity Fair’. Aunque lo fotografiaba Annie Leibowitz, conocida por la artificiosidad de sus imágenes, es bastante evidente que el compañero de Flockhart en ‘Cinco hermanos’ también ha querido quitarse de encima algunas arrugas, consiguiendo en contrapartida una mirada muy distinta a la que nos tenía acostumbrados en ‘El ala oeste de la Casa Blanca’. Sin embargo, en un acto de benevolencia, no cuestionaremos si esos pectorales tan abultados son fruto de la cirugía o de horas de gimnasio.