Pol Morales
No sólo de ‘Juego de tronos’ vive la televisión de pago este domingo. Los espectadores estadounidenses también tienen una cita en la AMC con la segunda temporada de ‘The Killing’, otra de las series que causó furor el año pasado y que regresa el 1 de abril con toda una retahíla de incógnitas por resolver, entre ellas la más importante, la que todo el mundo espera conocer: ¿Quién mató a Rosie Larsen?
El desenlace de la primera temporada llegó rodeado de polémica. No sólo se mantenía en secreto la identidad del asesino sino que encima se multiplicaban los misterios en un final que nos dejó al borde del infarto, con meses de incertidumbre por delante. La espera por fin ha terminado y es hora de comprobar si aquellos que gritaron a los cuatro vientos su abandono de la serie podrán mantener la promesa por mucho tiempo.
Refrescando la memoria
Han pasado nueve meses desde que finalizara la primera entrega de ‘The Killing’. Demasiado tiempo para que nuestra memoria recuerde todos y cada uno de los interrogantes que nos dejó la ‘season finale’. A continuación, algunas de las claves del último episodio para poder retomar la serie sin demasiados quebraderos de cabeza.
– El giro inesperado del agente Holder: el misterioso compañero de Sarah Linden (la gran Mireille Enos), se reveló como una de las grandes sorpresas del capítulo. Embarcada por fin en su vuelo hacia Sonoma, la policía recibió una llamada en el último instante que le abrió los ojos. La prueba presentada por su colega en el caso Larsen y que determinó la detención del candidato Richmond era falsa. Al parecer, alguien está interesado en inculpar al alcaldable y está utilizando al joven para su propósito. Pero, ¿quién? Todas las apuestas apuntan al más beneficiado con su detención, el alcalde Lesley.
– Richmond, a punta de pistola: Belko, el ayudante trastocado del padre de Rosie Larsen, se dispone a disparar al candidato una vez se hace pública la detención. Como ocurriera con el profesor Bennet, probablemente el entorno de la víctima se equivoque de nuevo de objetivo en su particular venganza. El vibrante final del penúltimo capítulo nos desvelaba que Richmond era el que se escondía detrás del usuario ‘Orpheus’, el peligroso cliente de la web de chicas de compañía en la que trabajaban Rosie y su tía Terry. Pero precisamente ese descubrimiento convierte al político en una pista demasiado fácil.
– La familia Larsen, destrozada: La muerte de Rosie ha terminado haciendo añicos su hogar. Los secretos y mentiras del matrimonio acabaron en el último episodio con la huida de la matriarca, que abandonó la cárcel en la que ha estado encerrada desde que apareciera el cadáver de su hija. Pero el personaje interpretado por Michelle Forbes no desaparece de la serie. Al parecer, en su nuevo viaje se encariñará de una joven muy parecida a Rosie.
– La principal sospechosa: Gwen, la amante rubia del candidato detenido, ayudó en la investigación de la agente Linden facilitando pruebas que inculpaban al político. ¿Con qué intención? Todo parece indicar que lo hizo movida por los celos, pero la mayoría de espectadores no opinan lo mismo. La ayudante de Richmond, con un 19%, ocupa el primer puesto en la lista de sospechosos de la web de la AMC.
La identidad del asesino, en el último episodio
Todas las cábalas sobre quien mató a Rosie Larsen no se resolverán hasta el capítulo final de esta segunda temporada. Los responsables de la serie, ahora sí, han querido marcar claramente la fecha en el calendario, después de las reacciones airadas que llegaron con el inesperado desenlace de la primera. También han querido resaltar que si los primeros trece capítulos se dedicaron a los interrogantes, las entregas que darán comienzo este domingo se dedicarán en cuerpo y alma a las resoluciones. ¿Alguien puede resistirse a comprobarlo?