Pol Morales
Anoche comenzaba una de las etapas más apasionantes del formato ‘The voice’, la que enfrenta en duetos a los miembros de un mismo equipo, y sin embargo algunas decisiones tomadas por la cadena y por la productora de la versión española descafeinaron el evento. Aunque la audiencia apenas se ha resentido con el inicio de esta decisiva fase (35,5% de cuota de pantalla), conviene tomar nota de la gran mayoría de comentarios de las redes sociales, que acusaron el cambio a peor del programa musical.
Galas maratonianas
El hermano estadounidense de ‘La voz’ dedica dos horas de emisión semanales a las sucesivas fases del ‘talent show’, si bien es cierto que emite un segundo programa a la semana de 45 minutos. Por su parte, la versión española decidió estrenar las audiciones a ciegas alargando la duración a tres horas semanales. Aunque pudiera parecer un reto para el espectador, la cadena de Mediaset disminuía así el horario que suele reservar para la mayoría de sus realities y que suele extenderse hasta las dos de la madrugada. Lo que se percibió como un respiro para la audiencia, sobre todo para la trabajadora, se rompió anoche, con nocturnidad y alevosía, cuando el canal decidió extender hasta las cuatro horas el exitoso programa. ‘La voz’ perdió anoche más de 600.000 espectadores, que seguramente fueron desertando poco a poco hacia la cama, pero la cuota de pantalla se mantuvo gracias a los excelentes datos en el ‘late night’.
Saturación publicitaria
Si en un primer momento el osito de Bimbo era el único que acaparaba el ‘product placement’ de ‘La Voz’, el éxito del programa se ha ido traduciendo en una acelerada incorporación de nuevas marcas publicitarias, hasta el punto que anoche el espacio de Boomerang recordó más que nunca al malogrado ‘Operación Triunfo’ de Gestmusic. Incluso marcas como Sony repetían estrategia en este nuevo bombazo musical de Telecinco. Pero por si las telepromociones no fueran suficientes, ‘La voz’ contó anoche con más cortes publicitarios que nunca. Desde luego, el canal presidido por Vasile ha decidido sacarle la máxima rentabilidad a su nueva gallina de los huevos de oro, aunque sea a costa de la paciencia de sus espectadores.
Pérdida de ritmo
La agilidad que hasta ahora desprendían las audiciones a ciegas se ha visto ralentizada bruscamente en esta nueva etapa de las batallas. El tiempo medio dedicado a cada actuación supera con creces al de la versión americana, alargando hasta la extenuación los vídeos de presentación y los ensayos con los asesores. La estructura repetitiva tampoco ayuda a mantener el interés suficiente como para resistir las cuatro horas de duración del programa. Tampoco el orden de las actuaciones. Boomerang ha decidido emitir las batallas en orden cronológico, a diferencia de las audiciones, y eso ha impedido ir equilibrando los grandes momentos con los más soporíferos. Sin ir más lejos, la primera actuación de la noche no reunía el nivel suficiente como para arrancar una fase que se preveía más impactante.
Jesús Vázquez hasta en la sopa
Era complicado que uno de los presentadores estrella de nuestro país asimilara el papel más comedido que adquiere el conductor de ‘The voice’ a nivel internacional, cediendo el protagonismo a los ‘coaches’, en principio el reclamo más destacado de este nuevo formato. Su figura debería ser más impersonal, menos protagonista, y sin embargo, anoche Jesús Vázquez tomó las riendas del programa como si de una gala cualquiera se tratara. A las diferentes promociones publicitarias, voces en off, pasos a vídeo e introducciones varias se le unieron esas prescindibles presentaciones encima del ring micrófono en mano. Es incuestionable el buen trabajo del gallego como ‘showman’, pero en esta ocasión el espectáculo no debería girar tanto en torno a él.
‘Coaches’ desentrenados
La espectacularidad de las batallas dependía en buena medida de las decisiones tomadas por los cuatro entrenadores del programa. La pasada noche certificaron su más que cuestionable criterio eligiendo a los candidatos y, sobre todo, a la hora de seleccionar los dúos y las canciones protagonistas. Prueba de ello es que en más de una ocasión reconocieron haber cometido errores garrafales. ¿Un veterano clásico como Pau frente a la jovencísima y fresca Macarena? ¿Paula, la chica del ukelele, cantando ‘Complicated’ de Avril Lavigne? ¿Una canción de Katy Perry en un programa donde la voz es lo más importante?
Decisiones como estas empañaron la que podría haber sido una gran noche para el ‘talent show’. En vez de aprovechar el auge que está experimentando el programa semana tras semana y mantener la máxima fidelidad al formato original, los responsables de la productora y de la cadena decidieron desandar el camino recorrido. Esperemos que la audiencia no termine acompañándoles también en esta nueva senda suicida.