Encontrar a la víbora más grande del mundo -la ‘matabuey’- y nadar con los tiburones oceánicos de puntas blancas o longimanus serán las dos próximas aventuras protagonizadas por Frank Cuesta y Jesús Calleja en las nuevas entregas de “Frank de la Jungla” y “Desafío Extremo” que Cuatro ofrecerá el domingo 25 de noviembre, a partir de las 21:30 horas.
Frank Cuesta cumple uno de sus objetivos desde que llegó a Costa Rica: encontrar la víbora “Bushmaster” o “matabuey” (21:30 horas) Frank no quiere marcharse de América sin conocer a la víbora más grande del mundo, la Bushmaster. “Llevo tres años deseando ver esta víbora. Aquí la llaman la ‘matabuey’ porque es capaz de matar a un buey con un solo mordisco”, explica el aventurero. Para encontrarla, Frank y su equipo tienen que adentrarse de nuevo en la jungla más profunda de Costa Rica y caminar por lugares absolutamente vírgenes. Murciélagos blancos, ranas transparentes, insectos que parecen hojas y zaínos -una extraña mezcla de cerdo y jabalí- son otros animales que Frank descubre antes de decir adiós a la selva americana. Y de San José de Costa Rica a Bangkok (Tailandia).
El equipo del programa acompaña a Frank Cuesta hasta Tailandia en un trayecto de 17.000 kilómetros de distancia durante 24 horas de vuelo. En la capital tailandesa le espera su mujer -la modelo Yuyee- y sus hijos Zape, Zorro y la pequeña Zen. Ya en casa y en familia, Frank recibe la llamada de una mujer pidiéndole ayuda para que desaloje un murciélago gigante que ha entrado en su vivienda. El aventurero, miembro de la Asociación de Rescate de Animales de Tailandia, acude a su llamada para devolver este ejemplar a la naturaleza. “En libertad. Así es como tienen que estar los animales”, asegura Frank.
Jesús Calleja se sumerge en aguas de las Islas Bahamas para nadar con los tiburones longimanus, los más peligrosos del mundo (22:30 horas)
A pesar de haber buceado con tiburones blancos y tiburones tigre, Jesús Calleja nunca se había enfrenta a una inmersión tan peligrosa como ésta: nadar enfrente de las Islas Bahamas junto a los tiburones oceánicos de puntas blancas o longimanus, la especie que más muertes ha causado entre seres humanos.
El longimanus es un tiburón que puede llegar a medir 5 metros de largo y que tiene un peso aproximado de 170 kg, con dientes tan grandes como el de un tiburón blanco. Es un animal solitario, pero se puede reunir en grupos cuando hay comida cerca. Es entonces cuando se vuelve muy agresivo, ya que compite por capturar las presas.
“El longimanus no le tiene miedo a nada y prueba cualquier cosa que flote, porque está acostumbrado a comer la basura que tiran desde los barcos, incluso plástico o neopreno, algo que otros tiburones rechazan”, cuenta Jesús. Navegando con vientos muy fuertes, con olas gigantes y muy alejados de la costa, Jesús Calleja y su equipo se sumergen soltando 2.000 kg de carnaza para atraer a los longimanus.
“Nada más tirarnos se nos han venido instantáneamente tres tiburones encima”, cuenta Calleja. Para evitar su ataque, hay que “mantener el palo a unos 50 centímetros de ti, en posición siempre vertical y mirarles directamente, ya que la máscara amplía el tamaño de los ojos y eso les impresiona. Pasan a tu lado, chocan contigo, tocan el palo, ven que en vertical no les cabe en la boca y entonces giran rapidísimamente en un solo movimiento, se te colocan a la espalda y vuelven a intentarlo”, explica el aventurero.