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HIJOS DE PAPÁ
Brandock y Laura son los protagonistas de este tercer programa.
El primero, aspirante a diseñador de moda, vive en Ibiza consentido por su padre y su tío, empresarios del mundo de la construcción. Malgastar con la tarjeta de crédito en una joyería o comprarse la moto acuática más cara de la tienda son algunas de sus actividades. Su padre, harto de sus caprichos, le ha preparado un trabajo duro y muy alejado de su mundo ideal.
Por su parte, Laura está pasando un año sabático a todo lujo y organiza una reunión de amigas con costosos regalos, alquila una limusina para celebrar su 18 cumpleaños y su padre le regala un barco. Harta de estos excesos, su madre pondrá a prueba a Laura haciéndole trabajar, algo que pondrá a prueba su orgullo.
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Marco Antonio y Verónica son los “Hijos de papá” de este capítulo.
Viven felices entre las comodidades que les proporcionan sus padres, con un nivel de vida que jamás podrían costearse solos. Verónica tiene su vestidor lleno de ropa sin estrenar y, aunque suele trabajar unas horas a la semana en una tienda de juguetes, lo único que le motiva es que algún famoso deje un comentario en su blog de moda.
También a Marco Antonio le atrae el mundo de la moda, sobre todo para gastar los casi 6.000 euros al mes que le envía su madre desde Canarias. Aunque dice que estudia Diseño y Moda en Madrid, le gusta más salir de fiesta que asistir a clase.