Ahora ya no se despide como antes, cuando te llaman al despacho y te comentaban la jugada más o menos adornada. Lo vemos también en las series o las películas que los despidos comienzan con una llamada al despacho del jefe.

Pero ya nada es así. Ahora se utiliza el burofax. ¿Para qué dar la cara? Para nada. No merece la pena, los trabajadores son simples números que no tienen apego a la empresa, ni sentimientos, ni familia… o eso deben creer los que toman estas decisiones.

Tengo claro que los despidos serán cada vez más impersonales. Hemos pasado de la llamada telefónica (que se sigue haciendo aunque el trabajador haya estado contigo hace dos minutos), al burofax y seguro que alguno ya se atreve con el Whatsapp.

Solidaridad con los compañeros de Telemadrid y ya se sabe, cuando las barbas de tu vecino veas pelar… pon las tuyas a remojar. Lamentablemente esto no acaba aquí.

Por cierto, aquí están las tarifas de burofax de Correos.

Notas de redacción

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