La televisión estatal portuguesa seguirá siendo pública. Al menos, por el momento. El Gobierno luso anunció la semana pasada su renuncia a seguir con sus planes para externalizar en régimen de concesión la gestión de una de las cadenas que ahora opera el ente público RTP. El primer ministro, Pedro Passos Coelho, aseguró que “en este momento no se dan las condiciones de mercado para que la privatización de uno de los canales de RTP pueda tener lugar”. Pero la paralización de este proceso no supone un frenazo en las intenciones del Ejecutivo portugués para cambiar el modelo de televisión pública vigente en el país. Desde el rescate económico de 2012, el Portugal ha tenido que ajustar sus cuentas al máximo.
El grupo RTP incluye dos canales de televisión nacionales (RTP 1 y RTP 2), tres emisoras de radio (Antena 1, Antena 2 y Antena 3), las cadenas regionales RTP Madeira y RTP Azores y las internacionales RTP Africa y RTP Internacional. La televisión pública, que en 2012 costó 540 millones de euros, acumula una deuda de 150 millones de euros. Una carga considerada inasumible por Lisboa. “RTP vive y va seguir viviendo, pero tiene que ser redimensionada. Es un proceso duro, pero tiene que ser”, anunció Miguel Relvas, ministro de Asuntos Parlamentarios.
Tasa audiovisual
Una aseveración que ya está dando sus primeros pasos para convertirse en realidad. El Ejecutivo conservador ha comprometido 42 millones de euros este año para llevar a cabo la reestructuración de la televisión pública del país. Un proceso que debe finalizar antes de 2014, cuando el Estado portugués dejará de aportar fondos públicos a RTP. A partir de ese momento, la cadena pasará a financiarse exclusivamente con la tasa audiovisual abonada por las familias y los ingresos por publicidad.
Para hacer rentable la cadena, el presidente de RTP, Alberto da Ponte, contempla varias medidas. Entre ellas, un ere colectivo que afectaría a una parte importante de la plantilla. Aunque no quiere dar datos, la prensa del país apunta a que serían, al menos, 600 de los 2.037 empleados con los que cuenta en la actualidad. La dirección del canal también estudia recortar los salarios a pesar de que sus estrellas ya han asumido un bocado en la nómina cercano al 30%.
Pero con estas medidas tampoco será fácil salvar el presupuesto con los ingresos publicitarios. En la actualidad, la legislación permite a las cadenas privadas emitir 12 minutos de publicidad por hora y 6 en el caso de las televisiones de titularidad pública. Sin embargo, ninguna de las tres emisoras generalistas de ámbito estatal cumple con este objetivo. En 2012, RTP1, la única pública con publicidad, llegó a duplicar el máximo permitido con una media de 11 minutos y medio cada hora.
Cierre de delegaciones
Por eso RTP se plantea medidas aún más drásticas como el cierre de algunas de sus delegaciones. La cadena cuenta con 15 delegaciones por todo el país y 13 en todo el mundo. Desde el Ejecutivo insisten en que esta reducción ayudará a redimensionar y ofrecer mayor calidad.
También está sobre la mesa el cierre de las televisiones regionales de Azores y Madeira, con unos costes anuales de 8 y 6,5 millones de euros anuales respectivamente. En ambos casos, se trata de señales que reemiten la mayor parte de su tiempo la programación de RTP1, aunque complementada con informativo y programas locales. Aunque no existen registros de audiencia (solo se miden las preferencias de los espectadores del Portugal continental) la unanimidad es prácticamente total al señalar que su relevancia ha ido decayendo en los últimos años. Pese a todo, el Partido Socialista quiere salvar ambas señales y apuesta por un modelo de televisiones autonómicas con contenidos compartidos.
Tercera en audiencia
La televisión pública portuguesa no pasa por su mejor momento… tampoco en cuanto a audiencias. Cerró 2012 con un resultado que consolidó a la cadena estatal como tercera opción. Consiguió un 13,9% de share, muy lejos del 24,2% alcanzado por TVI y el 21,7% logrado por SIC.