El programa será testigo del enlace de dos españoles en Asilah, un pequeño pueblo de Marruecos y mostrará elementos tradicionales de la ceremonia marroquí como el baño de vapor de (hamman) o el vestido de la novia (kaftán)
El hammam o baño de vapor, la compra del kaftán -típico vestido de novia marroquí hecho a mano- o la visita nocturna de los familiares del novio a casa de su prometida son algunas de las tradiciones que lleva a cabo una pareja en los días previos a un enlace típico marroquí.
“Callejeros Viajeros” será testigo de la boda de dos españoles en Marruecos en una ceremonia marcada por la celebración musulmana en “Boda marroquí”, nueva entrega del programa que Cuatro ofrecerá el domingo 17 de febrero (22:30h.).
Asilah, una pequeña y bella localidad del Océano Atlántico situado al sudoeste de Marruecos, es el enclave escogido para la celebración de la ceremonia. Aunque Paula y Vicente son españoles, la familia del novio lleva afincada en esta ciudad desde hace más de 40 años. “Para mí y en este país la boda significa además la unión de dos familias” afirma el prometido.
El hamman, el kaftán, las flores y la ofrenda de regalos, costumbres típicas de las bodas marroquís
La comida y la música juegan un papel muy importante en el festejo y la madrina es la encargada de contratar la gran haima que se instala en la calle para acoger la gran fiesta nocturna, a la que acuden todos los familiares y amigos de la pareja, además de todos los vecinos. “En este país los invitados no suelen confirmar su asistencia a la boda”, explica Merche, la madre del novio, que debe encargarse de redactar y entregar casa por casa todas las invitaciones.
Días antes de la boda, Paula cumple una de las celebraciones previas al festejo. El hamman o baño de vapor es todo un ritual para que la novia llegue lo más bella posible, ya que es la verdadera protagonista de la boda.
“Callejeros Viajeros” también visita a la encargada de diseñar el kaftán, típico vestido de novia hecho a mano que puede llegar a alcanzar un precio de hasta 3.000 euros. No será su único traje, ya que la novia puede cambiarse de ropa en la ceremonia hasta en tres ocasiones.
En el mercado de la ciudad próxima de Tánger, el programa acompaña a una amiga de la familia, encargada de comprar el tradicional ramo de flores de la novia: “La tradición marroquí marca que el detalle floral sea de rosas blancas para cumplir con las costumbres o modas que imperan en el país”, explica.
Otro de los momentos más emotivos, previo a la boda, es cuando la familia del novio, especialmente las mujeres, se trasladan de noche hasta la casa de la novia en un coche de caballos para llevar regalos y comida como obsequio a la futura esposa. Según la tradición marroquí, este acto representa que la mujer siempre tenga garantizada la comida para el resto de su vida.