Soledad toma conciencia de que Olmo no va a cejar en sus planes para con el hijo de Pía. La joven Montenegro deduce que le queda poco tiempo para evitar una desgracia provocada por Olmo. A Soledad solo se le ocurre pedir ayuda a Mariana para salvar al bebé de Pía.
Mientras tanto, Federico y los hombres de Olmo vigilan la casa de los costureros.
Aurora comienza a integrarse en la vida de Puente Viejo y muestra cierto fastidio cuando se cruza con Candela. Aurora se encuentra por primera vez con el resto de su familia, Soledad, su tía y Francisca Montenegro, su abuela.
Pedro Mirañar no está tranquilo y elucubra sobre las verdaderas causas del comportamiento de Vladimiro.