Pol Morales
Hannibal Lecter es sin duda uno de los personajes más icónicos de la historia del cine y buena parte del mérito recae en la excelente elección de casting que supuso escoger a Anthony Hopkins como protagonista de las novelas de Thomas Harris. De ahí que cuando la NBC anunció la precuela televisiva del refinado psiquiatra, los seguidores nos echáramos a temblar. El resultado, según los primeros espectadores, parece que ha sido muy poco decepcionante. Hasta que llegue el estreno a nuestro país (este próximo jueves 11 de abril en AXN), conviene hacer un breve recorrido por el apasionante legado audiovisual que ha dejado tras de sí el más emblemático de los psicópatas.
Manhunter, la pionera
Anthony Hopkins no fue el primer actor en encarnar al Dr. Hannibal Lecter. Antes que ‘El silencio de los corderos’, Michael Mann fue el primero que llevó el personaje de Harris a la gran pantalla en 1986 con la casi desconocida ‘Manhunter’, que adaptaba ‘El dragón rojo’, libro que abría la saga y posterior ‘remake’ en 2002. En esta primera versión, el psiquiatra aparece tan sólo unos minutos con el nombre de Dr. Lector y en la piel del actor Brian Cox. Por su parte, el ex CSI William Petersen protagonizaba la trama de la cinta, en la que un agente del FBI debe dar caza a un asesino en serie bautizado como ‘El hada de los dientes’ por el hábito de morder a sus víctimas. Sin embargo, ‘Manhunter’ no obtuvo apenas visibilidad hasta que fue reestrenada en televisión tras el éxito de ‘El silencio de los corderos’.
Debut de Hopkins en forma de obra maestra
La película de Jonathan Demme marcó un antes y un después en el género ‘thriller’, desencadenando un alud de imitaciones que incluso más de 20 años después no han logrado hacerle sombra a la obra original, la que nos sumergió de manera más profunda en la mente de un asesino en serie (tan sólo ‘Se7en’ fue una digna sucesora). Anthony Hopkins debutaba como Hannibal Lecter y marcaba así el inicio de un idilio con el personaje que se alargaría con otros dos largometrajes, aunque realmente fuera su relación con la agente Clarice Starling en la inolvidable piel de Jodie Foster la más gozosa de todas sus aportaciones. Estrenada en 1991, ‘El silencio de los corderos’ se convirtió en uno de los pocos filmes en conseguir los cinco Oscars principales.
Una secuela acertada
Dar continuidad a un filme considerado indiscutiblemente como una obra maestra, y hacerlo además sin la presencia de Jodie Foster, que se negó a participar en la secuela, no era tarea fácil. Y, sin embargo, Ridley Scott recogió el guante diez años más tarde y consiguió imprimirle a la saga un aire más oscuro y perturbador, ahondando más si cabe en la psique de un Hannibal liberado y deambulando por las calles de Florencia. Scott y el guionista David Mamet decidieron no imitar la fórmula de ‘El silencio de los corderos’ y acertaron de lleno con la nueva perspectiva y con la elección de Julianne Moore como nueva agente Starling. Otro gran apuesta fue ignorar el desenlace que Thomas Harris le deparaba a la peculiar pareja, que en el libro terminaba enamorada y yendo del brazo a la ópera. Uno de los pocos ejemplos en los que la adaptación supera a la obra literaria.
Recuperando la fórmula
Tras el éxito de ‘El silencio de los corderos’ y ‘Hannibal’, la maquinaria de Hollywood decidió seguir exprimiendo el personaje y rescatar de nuevo en 2002 ‘El dragón rojo’. Con un plantel de actores digno de mención (Edward Norton, Emily Watson, Ralph Fiennes, Harvey Keitel), se decidió poner la dirección del filme en manos de Brett Ratner, más acostumbrado al simplismo de ‘Hora punta’ que a las exquisiteces de la saga Hannibal. El resultado terminó en una fotocopia descolorida de ‘El silencio de los corderos’, siguiendo los mismos patrones que su predecesora y aportando menos que nada al género de los asesinos en serie.
Una precuela para olvidar
La última incursión de Hannibal Lecter en el cine, ‘Hannibal rising’, quiso mostrarnos los años mozos del psicópata, haciendo por tanto materialmente imposible la interpretación de Anthony Hopkins. El experimento no sólo fue fallido en la elección de un Gaspard Ulliel intentando emular en todo momento los gestos del actor galés sino también en las innecesarias explicaciones sobre el origen de su maldad, que se argumentó con una infancia marcada por la muerte de los padres en la II Guerra Mundial y el brutal asesinato de su hermana, ingerida por unos asaltantes rusos. Lo peor es que este insulto a los seguidores de Hannibal surgió del propio puño y letra de Harris, desdibujando totalmente la personalidad del personaje que le dio de comer y haciendo que cada nueva propuesta en torno al Dr. Lecter se antoje más como un invento lucrativo que creativo.
La incógnita televisiva
¿Conseguirá Bryan Fuller, creador de ‘Tan muertos como yo’, ‘Criando malvas’ y de esta adaptación televisiva de Hannibal, curarnos el ardor de estómago causado por la última precuela cinematográfica? ¿Será el danés Mads Mikkelsen (‘Casino Royale’, ‘Un asunto real’) un buen sustituto de Anthony Hopkins? ¿Logrará la serie reconciliarnos de nuevo con el personaje? ¿Cautivará al suficiente número de espectadores como para lograr renovación? Este jueves a las 22.15 en AXN comenzaremos a salir de dudas.