Emilia no comparte la decisión de Vicente de cambiar de bufete y defiende que Arturo siga siendo el abogado de Mauro.
Entretanto, Inés intuye que puede haber un testigo que ayude a Mauro a demostrar su inocencia. Para conseguir defenderle debe recusar al bufete de Gascón, pero eso ofende profundamente a Martin Ángulo Marcelino y Manolita muestran su preocupación por Pelayo tras haberle visto ayer hablando solo, cuando deciden hablar con él para ver qué le pasa, descubren que el problema es que lleva un auricular con el que está escuchando una emisora perseguida por el régimen.
Para mayor angustia, poco después la policía escucha a la emisora clandestina en el transistor de Pelayo. Tomás insiste a Roberta para que responda a su petición de ser novios, pero ella no está por la labor ya que su preocupación es que hace dos días no hay noticias de don Sabino.
Finalmente, para alivio de Roberta y Tomás, don Sabino aparece muy satisfecho por haber resuelto los asuntos pendientes con su mujer y con el hombre con el que ella tuvo la aventura. El problema surge cuando Roberta ve en un periódico que el hombre en cuestión, ha desaparecido. Emilia ha atado cabos y ha comprendido que su marido llegó a casa con la ropa llena de sangre la noche que mataron a Eusebio y a Josefina. Cuando se lo dice a Vicente, la acusa de estar loca.