Después de catorce ediciones ‘Gran hermano’ sigue dando muchas sorpresas. Lejos de acusar el desgaste del paso del tiempo, el formato holandés de convivencia sigue triunfando en España y, aunque ha perdido el liderazgo que hasta ahora había mantenido intacto, continúa dejando grandes momentos para el entretenimiento televisivo.
La accidentada entrada de Álvaro
Su primera estancia en la casa apenas duró unos minutos. Era la primera noche de ‘Gran hermano 14’ y él, uno de los elegidos para hacer entrada en Guadalix de la Sierra. Sin embargo, la estancia de Álvaro en la casa tuvo que retrasarse unos meses más. La efusividad del concursante y unas instrucciones poco precisas por parte de la dirección terminaron en una impresionante caída que le provocaron lesiones en ambos brazos. El gestor cultural, que se olvidó de la tirolina cayendo directamente sobre la red de protección en su salto de entrada a la casa, tuvo que ser intervenido y someterse a un duro proceso de rehabilitación antes de regresar a Guadalix. Su caída le valió el mote de ‘pollito volador’ y, pese a todo, tras su salida hace una semana, Álvaro se quedó con lo bueno: “Me he reido mucho”.
El plató, vacío
En apenas unos minutos el plató de ‘Gran Hermano’ se vació para recibir a Kristian. El concursante abandonó la casa después de pedir un deseo al Gran Hache: que Edoardo regresase a Guadalix. “Cuando te echaste atrás, él ya había empezado a gestionar tu deseo. Te espero en Telecinco”, le dijo Milá. Y allí fue, pero cuando la puerta se abrió en el plató solo estaba la presentadora. El público se había ido y el concursante regresó a Guadalix con una misión: ayudar a los gemelos a convencer al resto de inquilinos de la casa de que en realidad eran solo uno.
Danny, expulsado
“Mientras nosotros hagamos ‘Gran Hermano’ haremos lo que nos salga de los cojones”. La expulsión de Danny fue muy controvertida y generó la protesta de muchos espectadores. Pese a las explicaciones del concursante, que negó haber pactado antes de su entrada en la casa la aparición de su novia en ‘Interviú’, tanto Mercedes Milá como la dirección del espacio fueron muy tajantes y le acusaron de haber incumplido las normas de participación del concurso.
La ‘broma’ de Argi
Se arrepintió inmediatamente, pero la presión social por su inoportuno comentario sobre ETA conllevó la expulsión de Argi de ‘Gran hermano’. La concursante no acudió a ninguna de las galas ni a ‘El debate’ y solo hizo una excepción con la gala final “para apoyar a Igor y Susana”, explicó.
Reencuentro Igor-Sonia
Tuvieron una amistad idílica dentro de la casa, pero tras su salida, Igor consideró que Sonia no había sido del todo sincera con él. “No me han gustado cosas que he visto fuera”, le dijo en su despedida. Pero gracias a la repesca ambos pudieron reencontrarse y el donostiarra recibió a la canaria en el confesionario para reprocharle que hubiera malmetido contra él a su espalda con otros concursantes. El enfrentamiento, cargado de una buena dosis de información del exterior, trastocó la vida en Guadalix y culminó con la repesca de Igor.
Pero no sólo los concursantes han contribuido con sus actos a hacer de esta edición de ‘Gran hermano’ irrepetible. Más auténtica que nunca, Mercedes Milá ha sabido aprovechar su naturalidad ante la cámara para sorprender a los telespectadores y demostrar que ella es parte de la esencia del programa. “No lo hago por la audiencia, porque ya la tengo toda”, bromeó en una de las entregas.
Milá se cuela en Guadalix
La edición número 14 podría pasar a la historia como la entrega de ‘Gran Hermano’ en la que más gente ajena al concurso ha pasado por la casa Guadalix de la Sierra. Por sus pasillos hemos visto a una banda de majorettes, una invasión zombi y un grupo de turistas japoneses cámara en mano, cómo no. Ni siquiera Mercedes Milá se resistió a colarse en la casa con los concursantes dentro. Eso sí, aprovechando que estaban ‘congelados’ durante la prueba semanal que les obligaba a quedarse inmóviles cuando se lo ordenaba el Súper.
La presentadora ha sido una de las grandes protagonistas de esta edición. Muy sonados han sido los desnudos de la presentadora. Y es que más allá del ‘edredoning’, Milá ha sido artífice de algunas de las escenas más tórridas en todo el concurso. A sus habituales escotes, sumó un ‘striptease’ y un levantamiento de falda en el que dejó a la vista su ropa interior.
Duelo Walls-Milá
Pero más allá de su lado más desternillante, Milá ha demostrado ser una mujer de armas tomar y en esta edición no ha escondido su carácter. La relación con los Walls fue mala desde el comienzo, pero la tensión se hizo patente la noche en la que Sonia abandonó la casa. César, el hermano de la concursante, acudió al plató del programa para apoyar a su hermana y se topó con las duras críticas de Mercedes Milá. La dirección del espacio había seguido muy de cerca la “brutal” campaña de apoyo que los Walls habían llevado a cabo en las redes sociales y a través de la prensa canaria, donde acusaron al programa de manipular a Sonia y de “de tenerla drogada” a antibióticos. “O yo soy gilipollas o vosotros mentirosos”, concluyó la presentadora.
La distancia entre los Walls y ‘Gran Hermano’ tuvo en la gala final su máxima expresión. Sonia, que desde que salió de la casa ha defendido la actuación de su familia, pegó la espantada y abandonó el plató al recibir el ‘piropo’ de la presentadora:
- Mercedes Milá: “Sonia, a pesar de la cara de vinagre que tienes siempre, estás muy guapa”
- Sonia: “Que me llames cara de vinagre es una falta de respeto”
Y se fue.