Este viernes, Unidad móvil (21:30h) dedica una edición especial a la Ofrenda de flores y su evolución a lo largo de sus 55 años de existencia. El programa de este viernes se preguntará quién fue la primera persona que puso un ramo de flores a la Virgen del Pilar un 12 de octubre, dónde y cómo se guarda la estructura que preside la plaza, o quiénes fueron los primeros que ordenaron las salidas de los grupos.
Junto con Luisa María Arroyo y Pilar Borra, Unidad móvil rememora cómo fue aquella primera ofrenda. “En 1957 hicimos un primer ensayo de lo que podría ser una ofrenda. Yo era la reina de las fiestas y acompañada de ocho damas llevamos flores a al Virgen”, comenta Arroyo. En 1958 tuvo lugar la primera ofrenda oficial. “Recuerdo una plaza vacía, unas cien personas haciendo el recorrido y el honor de llevar el primer ramo”, cuenta Pilar Borra mientras enseña a la reportera el espectacular traje que lució aquel día.
Las brigadas municipales mezclan obligación con devoción. Francisco Martín, ya jubilado, ha sido el responsable durante muchos años de la estructura de la Virgen.
Antonio Navarro era el gruista. “Montar toda la estructura metálica era espectacular. Lo hice durante muchos años”, comenta con cierta nostalgia mientras observa cómo elevan a la Virgen por los aires para colocarla en su sitio.
¿Cuántas flores adornan la plaza el día del Pilar? El clavel sigue siendo la flor más popular entre los oferentes durante tantos años. “La mayor parte de las flores se importan de Colombia”, comenta Jesús, al frente de un negocio florista desde hace 30 años. Carlos es uno de los 120 jardineros que estarán trabajando el día de la Virgen; así lo ha hecho desde hace 40 años. “Es muchísimo trabajo pero ves la fiesta de una manera muy cercana y diferente a cómo lo ve todo el mundo. Somos unos privilegiados”, explica.
¿Cómo ha cambiado el traje regional durante 55 años? “El traje no ha cambiado”, corrige Conchita, modista y divulgadora del traje regional desde que abrió su tienda en 1978. “Es algo que ya existía, lo que pasa es que los modismos y el no saber nos hacían salir a la ofrenda uniformados con lentejuelas, blondas y mal combinados”, comenta.
Lo que sí ha cambiado con el paso del tiempo ha sido el orden en la ofrenda. El club de radioaficionados ha tenido mucho que ver en este tema. “Éramos un grupo de voluntarios que a través de nuestros walkie talkies controlábamos el orden de salida y llegada. Comenzamos con 109 grupos y ahora el tema se ha desbordado por completo. Calculábamos lo que les duraba el recorrido y asignábamos horas para que todo fuera más fluido”, explica Miguel Ángel.
La ofrenda aún se hizo más popular a través de la televisión. Tres profesionales de TVE cuentan a un reportero cómo era su trabajo durante la ofrenda.