La primera temporada de ENCARCELADOS se despide este jueves en el prime time de laSexta con ‘La otra cara del infierno’, un reportaje especial que emite secuencias inéditas que no se han editado en ninguno de los 10 reportajes anteriores. Un programa de 90 minutos que recupera algunos de los momentos más conmovedores del recorrido de Jalis de la Serna y Alejandra Andrade por 33 de las cárceles más peligrosas del mundo. Este especial también cuenta con entrevistas a las personas más cercanas a los encarcelados para conocer cómo sufren, en la distancia, el encarcelamiento de sus seres queridos.
El espacio emite secuencias como el acceso de Alejandra Andrade y el equipo de ENCARCELADOS al centro psiquiátrico penitenciario de Brasil, donde los internos detallan ante la cámara los espeluznantes crímenes que han cometido. Además, el periodista Jalis de la Serna, se reúne en España con tres de los protagonistas de la serie de reportajes. Tres personas que dieron la cara mientras estaban pasando los peores momentos de su vida en las cárceles de América Latina y que, por diferentes circunstancias, ya están en libertad.
El equipo visita la casa de Dolores Sánchez, Lola, en Denia. Dos semanas después de aparecer en ENCARCELADOS y contar que estaba enferma de cáncer sin recibir ningún tratamiento, Lola llegó a España tras ser indultada por el Gobierno de Bolivia. La gaditana, que está esperanzada con el tratamiento que está recibiendo, cuenta cómo ha podido cumplir el sueño de reencontrarse con sus hijos y repasa los cinco años que pasó en la prisión de Palmasola. Sintiéndose a salvo, sin temor por las represalias que podría sufrir por hablar cuando estaba en la cárcel, Lola denuncia ante ENCARCELADOS nuevas violaciones de los derechos humanos que se producen en el penal.
A pocos kilómetros de Barcelona el equipo se encuentra con Pedro, el que fuera subdelegado de los presos españoles en la Prisión Modelo de Bogotá. Pedro confiesa ante las cámaras que poco tiempo después de ser grabado para el programa, un abogado le dio la posibilidad a su familia de que obtuviera la libertad a cambio de una importante suma de dinero. Este catalán de 51 años describe el proceso por el que, después de pagar 36 mil euros -que su abogado reparte entre varios funcionarios judiciales– sale en libertad y ve cómo su nombre desaparece de las bases de datos de delincuentes de Colombia e, incluso, de las de la Interpol.
El programa también recoge las imágenes de Victoria: la presa de etnia gitana que protegió de forma maternal a otra reclusa española recién llegada al penal femenino de El Buen Pastor, en Colombia. El equipo de ENCARCELADOS se desplaza junto a Victoria, recién salida de la prisión de Soto del Real, a donde fue extraditada desde Colombia, para cumplir su promesa de abrazar a la familia de Isamar. La madre y la abuela de la joven reciben emocionadas el abrazo de la mujer que cuidó de su hija. Victoria se emociona cuando coge en brazos al hijo de Isamar: “Me dijo que se parecía mucho a ella y son como dos gotas de agua”.
Los que sufren por los ENCARCELADOS
‘La otra cara del infierno’ también da a conocer los testimonios de personas que sufren en la distancia el encierro de sus seres queridos. Alejandra Andrade, se desplaza hasta Girona para entrevistar a Águeda, la madre de Jesús, el preso español que fue rebautizado como “Pollito” en la prisión Acón II de Perú. En un testimonio sobrecogedor, la madre del recluso relata la extorsión a la que se ve sometida desde que su hijo fue apresado. Águeda describe cómo ha tenido que enviar sistemáticamente dinero a la prisión para que no le pase nada a su hijo.
Félix se ha gastado 80 mil euros en la defensa de Inma, su hija presa en Brasil. A Inma la detuvieron en el hotel en el que pasaba unos días de vacaciones y nunca le encontraron droga. El padre, que se ha desplazado a Brasil para visitar a su hija, cuenta cómo vivió en primera persona el horror de acceder a la cárcel brasileña en la que su hija cumple condena.
Aitor, es el hijo de Rosa: una mujer de San Sebastián a la que también grabó ENCARCELADOS presa en Perú. El hijo de la reclusa da a conocer de primera mano la ruina a la que lleva a las familias el encarcelamiento de un familiar. En el caso de esta familia, perdieron el restaurante que tenían y un piso. Al igual que esta familia, son muchos los que agotan todos sus recursos económicos para hacer frente a todos los gastos que se generan cuando tienen que mantener a un familiar encarcelado en un país extranjero. Ahora, Aitor, como todos los familiares de los españoles presos en América Latina, cuenta los días que faltan para que su madre pueda volver a casa.