Pol Morales

Jesus Vazquez en La VozDespués de más de dos meses de casting, con audiciones a ciegas, batallas, robos y demás, el ‘talent show’ con más éxito de nuestra televisión por fin estrenaba anoche sus emisiones en directo. Lo hacía sin embargo con un majestuoso jarro de agua fría. El programa se ventilará a 16 de los 24 concursantes en sólo dos semanas. Quince días más tarde conoceremos ya al ganador de ‘La voz’ 2013. Ilusos los que pensamos que el proceso de selección era un medio para llegar a un fin y no justamente lo contrario.

En todo caso, la expectación por los directos del concurso presentado por Jesús Vázquez era considerable, aunque los datos de audiencia reflejen más bien un tímido retroceso y una ajustada derrota contra el rival directo, un ‘Top chef’ en racha. Expectación decíamos por comprobar si Boomerang y Telecinco habían puesto toda la carne en el asador en lo que se sabía era ya un bombazo televisivo. Un primer plano general del plató parecía confirmar la mejoría. Imponente y abarrotado, presagiaba una apuesta más firme por el formato. Sin embargo, sólo bastaron dos actuaciones para comprobar que los fallos en la realización eran exactamente los mismos que en la primera entrega.

Por aquel entonces, los responsables del programa tenían la excusa del éxito imprevisto, de la escasa capacidad de reacción. Pero esta vez han tenido meses para cargar pilas y reponerlas si hacía falta. En vez de aprender de los maestros que cada semana realizan auténticas virguerías en las distintas adaptaciones internacionales del formato, anoche se hizo patente la falta de ensayo, de trabajo y de reciclaje. Un descuido imperdonable del que pagó el pato la pobre concursante Mandy, la primera en salir a un ruedo repleto de trampas y barreras.

El sonido volvió a ser el auténtico talón de Aquiles de un programa que como su propio nombre indica reserva todo el protagonismo a la voz. Muchas de las actuaciones de anoche se vieron perjudicadas por un pobre manejo de los micrófonos, que dieron más preferencia al murmullo del público y a los comentarios ‘off the record’ del jurado que a las voces de los concursantes. Pero no todos los errores deben achacarse a la técnica. La actuación de Malú con su equipo fue todo un despropósito, una muestra perfecta de la improvisación y la falta de ensayo en los números musicales, aspecto que se cuida al milímetro en la edición que se emite paralelamente en Estados Unidos.

jaume la vozEl presupuesto yanqui, seguramente inalcanzable en nuestra televisión, puede permitirse todo un batallón de profesionales para el atrezo, la iluminación, las coreografías y todos los detalles que sin duda cuentan a la hora de crear un show televisivo perfecto. No pedimos desde aquí tamaño desembolso pero sí al menos un control más meticuloso de la imagen y el sonido. A cualquier realizador deberían ponérsele los pelos de punta cada vez que un micrófono no funciona o aparecen los elementos del ‘backstage’ como si de protagonistas de la gala se trataran.

Cuestiones técnicas aparte, los elegidos anoche como semifinalistas encendieron las redes sociales, con airadas reacciones en contra de las preferencias de un público, el español, que sigue apostando por la copla, el flamenco y otros géneros nacionales. En todo caso, aún nos quedan motivos para la esperanza. Gracias a la intuición de David Bisbal, la pequeña pero enorme Dina logró pasar a la semifinal. Crucemos los dedos y apostemos ahora por otros tres grandes aspirantes para la semana que viene: Tina Riobo (equipo Bisbal), David Barrull (equipo Malú), Cristina Rueda (equipo Orozco) e Idoia Bediaga (equipo Rosario).

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