Jueves en, Amar es para siempre

 

La noticia de que Valeria está recluida empieza a correr hasta que llega a Diego quien, cual elefante en una cacharrería, entra en casa de Augusto exigiendo poder verla. Es la propia Valeria, en un estado apocado y un poco ida, la que le pide que se vaya.

Elena ha puesto en práctica la teoría de enfrentar a los dos gallos que cortejan el corral de Valeria para que se inmolen mutuamente y le dejen a ella el camino libre hacia su sobrina.

Héctor tiene un sueño y vuelve a ver a su padre pero esta vez no le dice nada, lo que interpreta como una mala señal. Por el barrio empieza a correr el rumor de que ha habido tongo con la rifa puesto que la ganadora no es otra que Dorita.

Chismorreos, retirada de saludos e incluso algún que otro “atentado” hacen que Dorita se replantee devolver todo lo ganado. Pero pese a eso, llega un telegrama anunciando la próxima vuelta de Belén.

Pruden pilla a su hija y a Samuel besándose y, sorprendentemente, opta por callar y retirarse sin ser vista.

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