Dale al Stop 

Estas últimas semanas se están estrenando varias series españolas, y siguen dejando en evidencia los errores que se repiten durante años entorno a la ficción nacional. Es cierto que la calidad visual y narrativa ha mejorado con creces respecto a temporadas pasadas, a pesar de seguir a años luz de la media de ficciones británicas o estadounidenses.

 

La duración

Buscar una serie española cuyos capítulos no rocen la hora y media es como encontrar una aguja en un pajar. Mientras que fuera de nuestras fronteras hay una norma no escrita que dice que las comedias duran menos de media hora y los dramas como mucho 60 minutos, en España nada de eso se respeta, llegando en ocasiones a los 100 minutos, sin importar que la ficción tenga toques cómicos (‘La que se avecina’) o dramáticos (‘Cuéntame Cómo Pasó’).

La estrategia de nuestros canales es ocupar toda la franja de prime-time con un solo producto y así ahorrarse quebraderos de cabeza y algunos euros o medios. Bastante complicado les resulta a los programadores encontrar una ficción que funcione bien a esas horas, como para tener que hacer encaje de bolillos con más de una serie por día. Nos tienen muy mal acostumbrados.

 

El horario

Con la duración va ligado el horario en el que se emiten dichas series, recuerdo cuando a finales de la década de los 90 las series empezaban a las 21:30 a más tardar; después se fue alargando la hora de inicio por la intromisión del denominado access prime-time, que ocupa la franja que precede al producto estrella de esa noche.

Ahora es extraño que el access termine antes de las 22:30, y los canales prefieren ofrecer refritos, avances interminables y resúmenes gracias a los que te puedes ahorrar todo lo que hayan emitido de la serie de turno hasta el momento. Es más, en ocasiones la ficción que estamos esperando no comienza hasta casi las 23:00, y si esa noche emiten fútbol prepárate para que al día siguiente en el trabajo te confundan con un oso panda.

 

El multigénero

No creo que exista esa palabra, pero define muy bien lo que explicamos en las siguientes líneas. Dada la duración de nuestras series, los guionistas se ven en la obligación de tocar todos los palos (o géneros) posibles con el fin de llegar a la mayor parte del público posible. Por eso el género comedia o drama es más difuso en España, acercándose más a la llamada dramedia.

Tampoco falta normalmente la típica trama con niños o adolescentes, la historia de amor imposible (o compleja), ni los/las confidentes graciosetes de los protagonistas que ponen la nota de humor en la serie. Por no hablar del bar de barrio en el que se reúnen.

 

El reparto

“Este actor me suena”, solemos decir cuando nos disponemos a ver una ficción española, y no es para menos, porque más que ‘sonarnos’ deberíamos pensar que son nuestros vecinos o familiares. Cada cadena tiene a sus actores habituales, y rostros como Fran Perea, José Coronado, Blanca Portillo o Mario Casas no faltan en las series de los últimos años. Por suerte a algunos de ellos es un gusto verlos, pero hay otros que no entendemos cómo pueden seguir dedicándose a la interpretación.

Por otra parte, las escenas sin camiseta son el reclamo para gran parte de los adolescentes (y los que no lo son tanto), por eso nos podemos explicar que Casas o Álex González continúen apareciendo en este tipo de trabajos. En España da la sensación de que hay cuatro actores, cuando realmente las productoras podrían apostar por gente nueva (o no tan nueva) que están injustamente eclipsados por los ‘bollitos’ actuales.

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