Tras varias ediciones celebradas con éxito en la capital, el Festival de Series que cada año potencia Canal+ por fin se trasladaba a Barcelona. Desde Tutele no queríamos perdernos la ocasión y hasta allí, hasta los confines de la ciudad condal, nos desplazamos durante los tres días del certamen. Temíamos que los catalanes no estuviésemos a la altura del acontecimiento, pero finalmente la respuesta del público ha ido ‘in crescendo’ y ya podemos vaticinar una obligada segunda edición. Porque la experiencia ha sido satisfactoria y porque queremos más y también mejor.

Taller con los actores de doblaje de ‘Masters of sex’

Abría el festival la sastrería Cornejo con una réplica de la sesión que presentaron el año pasado en Madrid con el vestuario de grandes superproducciones como ‘Juego de tronos’ o ‘Vikings’. Pero tan sólo media hora más tarde comenzaba uno de los platos fuertes del certamen, el taller presentado por Bruno Jordà, director de doblaje de Masters of sex. En una placentera e interesante sesión de hora y media, el especialista nos introdujo en un mundo apasionante y desconocido que pudimos descubrir gracias a una sesión de doblaje en directo a cargo de dos grandes profesionales: María Moscardó, que dobla a Lizzy Caplan, y Miguel Ángel Jenner, el vozarrón de Samuel L. Jackson que también pone voz en la serie de Showtime al personaje de Barton Scully. Una ardua tarea, la del doblaje, que puede llegar a invertir hasta quince horas de trabajo para un solo capítulo.

Escribiendo series: España vs EE.UU

La siguiente sesión prometía una profunda reflexión sobre por qué sigue existiendo un abismo tan inabarcable entre las ficciones televisivas norteamericanas y las españolas. Para ello, invitaron a dos guionistas con una amplia experiencia en series nacionales: Lluís Arcarazo, Goya al mejor guión adaptado por ‘Salvador’ y firmante de muchas de las exitosas telenovelas de TV3, y Oriol Paulo, director de ‘El cuerpo’. Quizá no eran los mejores representantes para un debate en el que enseguida se volvió a señalar a los responsables de las cadenas de nuestro país, que dinamitan la figura del creador, tan presente en la televisión estadounidense, y que se empecinan en un formato de 70 minutos imposible de satisfacer por parte de los guionistas españoles. Muchos reclamos y poca autocrítica para una discusión que merecía reflexiones de mayor calado.

La fotografía, esa gran desconocida

Ya en la segunda jornada, otra sesión práctica se convertía también en una de las más satisfactorias del festival, sobre todo por dos maestros de ceremonias que supieron meterse al público en el bolsillo y picar el gusanillo por una de las disciplinas más desconocidas para el gran público: la fotografía. Pol Turrents ha sido director de fotografía en numerosos anuncios, videoclips y largometrajes mientras que Tommie Ferreras se encarga estos días de poner en imágenes la segunda temporada de ‘Sin identidad’, para la que se ha basado en grandes referentes como ‘The Killing’ o ‘Red Ridding’. Tras citar varios ejemplos de series con una gran fotografía, como por ejemplo ‘Utopía’ o ‘True detective’, destacaron dos ficciones españolas que supusieron un antes y un después en nuestro país: la muy citada ‘Crematorio’ y ‘Homicidios’. Para ambos, la entrada en juego de Telefónica supondrá una apuesta en firme por una disciplina hasta ahora subestimada por los grandes directivos.

Birraseries masivo

No era la primera, pero sí la convocatoria más masiva en Barcelona del encuentro seriéfilo-cervecero, que por primera vez se celebraba en una sala de cine repleta e introducía un novedoso y a su vez peligroso elemento: el gin tonic. Peligroso porque enseguida la conversación comenzó a desvariar de las series trash y los ‘guilty pleasures’ a una consulta entre ‘Castle’ sí / ‘Castle’ no. Quizá no era el tema más idóneo para debutar en el festival de series barcelonés, pero en todo caso fue un encuentro divertido, dinámico (y muy friki) que lograron salvar la gran estrella de la noche, Alberto Rey, un debutante y oportuno Juan Carlos López y la entusiasta conductora del acto y fiel seguidora de ‘El chiringuito de Pepe’, Raquel Crisóstomo. Para otras ediciones, reclamamos que la presencia de Alicia Florrick no sea en vano. ‘The good wife’ bien merece un Birraseries. O mejor aún, un Wineseries.

Vince Gilligan y los creadores prodigiosos

Mientras la grabación de ‘Ilustres ignorantes’ acaparaba toda la atención del último día, unos cuantos decidimos acercarnos a la entrega de ‘Creadores prodigiosos’ dedicada a Vince Gilligan que presentó el experto en series Toni de la Torre. Más hubiera valido una ponencia más larga del crítico que el reportaje sobre el creador de ‘Breaking bad’, porque mientras el primero nos ofrecía una rápida e interesante introducción a la historia de la ficción televisiva, el programa desperdiciaba la oportunidad de profundizar en uno de los grandes genios de nuestro tiempo. El acercamiento a la figura de Gilligan y a su proceso de creación de una de las series más icónicas de la historia fue insuficiente y superficial. Nada que ver con los exhaustivos análisis que realiza De la Torre en sus conferencias y que merecerían su hueco en la parrilla del festival.

Creadores con poca chicha

Una última sesión con jóvenes talentos formados en una de las escuelas más prestigiosas de nuestro país, la ESCAC, se anticipaba más suculenta. Después de presentar dos pilotos realizados por la cantera del centro, la mesa redonda con sus alumnos y profesores resultó bastante insatisfactoria. Más allá de las dificultades de rodaje de estos debutantes, sería más gratificante la visión de los profesionales de la ESCAC sobre el panorama televisivo español o una pequeña clase magistral sobre los atributos que debe reunir un piloto. Las dos propuestas presentadas, ambas interesantes, merecían también el juicio de la platea: virtudes y fallos del proyecto, posibilidades de serialización, influencias, etcétera. Aspectos por los que pasaron a velocidad exprés.

El Festival de Series, por tanto, ha debutado con fuerza en Barcelona, gracias a la experiencia de los años previos en Madrid. La organización demuestra una gran profesionalidad y una estrategia inteligente. Tanto cuida con mimo al periodista del medio masivo como al bloguero amateur. Para el año que viene sólo pedimos más talleres, más debates y, sobre todo, más primicias. Quizá un avance en el calendario permitiera asistir con más ganas a la emisión en pantalla grande de los pilotos más esperados y, sobre todo, todavía no descargados. El certamen sólo merece ir a más.

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