Ya ha arrancado en Cuatro la tercera edición de ‘Un Príncipe Para…’, que en esta ocasión no cuenta con una sola protagonista, sino con tres. Por lo tanto, las cabezas pensantes del formato se han visto obligadas a hacer un leve cambio en el título del programa, y de paso también en la mecánica.
La edición de Corina fue todo un éxito, y nos regaló unos cuantos personajes interesantes que sirvieron para otros programas de Mediaset. En cambio, el segundo año no cumplió con las expectativas de la cadena, Laura fue la protagonista que pasó con más pena que gloria por el espacio de Cuatro, tal vez por eso hayan tardado tanto en renovar el formato, y con unos cuantos cambios relevantes.
Luján Argüelles repite como maestra de ceremonias de este original cuento, ya no es la “Bruján” de las anteriores ediciones, ahora hace un papel más amable, pero sin dejar a un lado su ironía. En el estreno daba la sensación de que la presentadora era un personaje más del cuento, coqueteando con algún que otro pretendiente y metiendo cizaña entre las princesas de este peculiar reino.
Ya no hay grupos
No os esforcéis en buscar a los guapos, los nerds o los simpáticos, en ‘Un Príncipe Para 3 Princesas’ no hay grupos, todos los pretendientes están mezclados, y los únicos grupos en los que se pueden dividir son los formados por las chicas, ocho para cada una. Por el momento ellos no han tenido ocasión de decidir con cuál se quiere quedar, ellas se han repartido a los chicos sin tener en cuenta las preferencias de los varones.
De todos modos, aunque no haya grupos, parece que la mayoría está metido en el saco de los freaks, con sus rarezas y sus comentarios fuera de lugar, un casting llamativo donde los haya.
Puede que me equivoque, pero el título del programa es confuso, si solo hay un príncipe para tres princesas, ¿eso quiere decir que las tres se van a tener que rifar a un solo chico? También puede ser que hayan mantenido la coletilla de “un príncipe para…” por no romper con la marca. Tendremos que esperar al desenlace para saber si hay trampa o no, pero antes de eso quedan muchas páginas por escribir de este tróspido cuento.
Siempre se ha comparado con ‘¿QQCCMH?’, y parece que ha vuelto más parecido que nunca, el montaje de los vídeos y el descaro de los realizadores ha subido un peldaño, tienen más mala leche si cabe. Es de agradecer que Cuatro siga apostando por el género tróspido, ya cuenta con sello propio, con una post-producción en la que el abanderado es el humor.
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Las tres princesas
Las protagonistas del cuento son la salsa del concurso, el casting ha sido extraordinario, y han dado con tres perfiles totalmente diferentes que van a dar mucho juego. Este año la única duda no es saber quién será el elegido, también nos morimos de ganas por ver las peleas entre las princesas y sus piques continuos, que empezaron desde el minuto uno.
Marta es la Barbie de la edición, tiene un parecido con Corina, aunque podría ser también un cruce con Chari de ‘Gran Hermano’. Se define como una chica moderna de pueblo, y se contradice diciendo que además es muy tradicional. Quiere un príncipe con el que casarse y tener una familia. Desgraciadamente cumple el tópico de la rubia tonta, se quedó descolocada tras encontrarse con un negro marroquí, según ella Marruecos no pertenece a África, y por lo tanto no puede haber negros.
A la segunda que conocimos fue Rym, mitad marroquí y mitad española, pero ella se considera asiática (¡toma ya!) y además es musulmana, aunque come jamón y bebe champán, rosado eh… Es una chica superficial a la que le enamora el físico, pero con la boca pequeña dice que “lo importante está en el interior”. La Princesa Rym va más allá, para ella no solo está el físico y el interior, también es importante lo que hay dentro de la cartera de cada pretendiente, porque alguien tendrá que pagar sus caprichos. Toda una revelación.
Y por último, la que más pasiones levantó en Twitter, Yiya (María Luisa). Una mujer guerrera que no se calla ante nada, no es una princesa al uso, se ve que es echada palante y con mucho genio. Ya ha metido más de un corte a alguno de sus pretendientes, incluso también a sus compañeras de trono, con las que seguro que terminará teniendo algún roce. Da la sensación de que Yiya ha ido a pasárselo bien, lo de encontrar el amor es secundario.
La única pega al formato está relacionada con la programación, el espacio empieza demasiado tarde, no solo lo anuncian para las 22:30 sino que además se retrasa, y antes nos tenemos que tragar un adelanto muy extenso en el que no faltan los innumerables spoilers.
Para tratarse de un estreno la duración fue justa, no se hizo nada largo y nos supieron entretener en todo momento, pero alargar el espacio más de dos horas puede jugar en su contra en las siguientes entregas. Una hora por capítulo sería lo ideal, pero las televisiones comerciales no están por la labor. Mientras tanto, disfrutaremos de esta, de momento, acertada tercera edición.