Hace ya más de dos semanas que empezó la nueva edición de ‘Gran Hermano VIP’, y la polémica no ha cesado en la casa. No obstante, puede que pronto terminen los dimes y diretes en Guadalix. Los concursantes son de lo más variopintos, pero en el casting también hay ciertos errores que podrían propiciar que el programa se estanque. Esta es la lista de fallos respecto a la selección de concursantes VIP:
Los que más ruido hacen están fuera
Un año más la audiencia no es tan sabia como se dice, el primer expulsado ha sido el que más vídeos ha regalado al programa, Fran, AKA Pequeño Nicolás. Ha sido un buen concursante, metiéndose en todos los fregados, y provocando al resto de habitantes.
Por si eso fuera poco, días antes marchaba por la puerta de atrás la verdadera protagonista de los primeros días de convivencia, Carmen López. La concejala “electa” ha dejado claro que le encanta llamar la atención, es la tercera vez que sale a la palestra y da el cante de algún modo. Primero como Miss, denunciando el concurso, después como política, pidiendo que se le paguen viajes desde Chicago, y ahora en ‘GHVIP 4’, acusando de tocamiento a Carlos Lozano y haciéndose la interesante sobre los motivos de su marcha. Será todo lo insoportable que queráis, pero dentro era mucho más interesante que en los platós.
El drama Matamoros
Nos han metido con calzador a la familia del colaborado de ‘Sálvame’. Ya estuvieron alimentando el cebo semanas antes de la entrada de los dos jóvenes, sin tener en cuenta que muchos de los que vemos ‘Gran Hermano’ pasamos de las telenovelas que se montan en el ‘Deluxe’ y sucedáneos. Laura se está convirtiendo en el adalid de la chabacanería, presumiendo de ir de cara cuando lo único que hace es despotricar, llena de amargura e ira. Y Javier es un soso sin personalidad, siempre a la sombra de su grupo de machos alfa venidos a menos.
Las señoras de ‘Sálvame’
Es vergonzoso el papel de Rosa Benito y Raquel Bollo en la casa, son meras espectadoras que están aportando absolutamente nada a la convivencia. Rosa intentó entrar llamando la atención, pero le salió mal la jugada, y muchos otros le adelantaron por la derecha, convirtiéndose en verdaderos protagonistas. Lo de Raquel no tiene nombre, ni siquiera se entiende por qué la productora confió en una señora que en anteriores realities ya se mostró pasiva, sin dar juego. Con la de personajes que tienen en las tardes de Telecinco y meten a dos tibias.
El lastre de ‘Mujeres y Hombres y Viceversa’
Es una lástima que Telecinco esté convencida de que los tronistas y pretendientes del programa de los mediodías son imprescindibles en cualquier reality-show. Normalmente son los que menos aportan, y son desconocidos para gran parte de la audiencia. En este caso solo han metido a una, Belén Roca, y todavía no entendemos para qué. Liz también estuvo en el programa de Emma García, aunque la conocemos sobre todo por su paso por ‘Gran Hermano 10’, y se está mostrando igual, una chica pesada que no hace más que preguntar e intentar crear “carpeta”.
Nominaciones bochornosas
Aunque este último punto no tenga relación directa con los concursantes, es necesario remarcar la chapuza que el programa está haciendo con las nominaciones. Además, de manera indirecta puede estar relacionado con el casting, ya que con este método algunos concursantes imprescindibles en el juego se quedan sin nominar, y lo hacen otros que siguen haciendo el paripé en el confesionario. Alargando su minuto de gloria y provocando ese sonido de grillos que tanto gusta a los realizadores de ‘Gran Hermano’.
La mecánica de que nomine solamente la mitad de la casa es una aberración para el formato, puede estar bien una o dos semanas para desestabilizar, pero que sea siempre así anula la intensidad del juego. Y siguiendo con el mismo hilo, podrían dejar ya la bromita de los “juegos del calambre”, una vez puede que resulte gracioso para alguien, pero dos semanas seguidas no es agradable, ni para ellos, ni para nosotros. Además no paran de picarse y hacer trampas, a este paso se avecina boicot contra el programa, y no me refiero al de los espectadores.