En febrero Netflix ha estrenado ‘Santa Clarita Diet’, una serie poco convencional que ha dividido a la audiencia; de hecho, cada persona que la ha visto se siente entre dos aguas. La comedia es extraña, y eso le da un valor añadido que otras no tienen, pero tampoco tiene por qué ser bueno, se pasan de cutres y escatológicos en varias escenas. Para entender mejor de qué trata esta ficción, vamos a repasar sus claves:
Una comedia
Aunque la sangre corra a borbotones, ‘Santa Clarita Diet’ es una comedia. Tal vez no provoque carcajadas de principio a fin, pero no es nada dramática, por muy mal que lo esté pasando la familia protagonista. Una mujer de mediana edad con una hija adolescente y que trabaja con su marido en una inmobiliaria, se ve poseída de la noche a la mañana, comportándose como un zombie, pero manteniendo su estatus.
Una zombie
No es una serie sobre muertos vivientes, en el piloto solo nos muestran un zombie, la protagonista. Esta mujer cambia sus hábitos alimenticios, y en vez de tomarse un buen batido, prefiere beber vísceras o comer carne cruda. Su apetito sexual también aumenta, y los latidos de su corazón se paralizan, por algo lo llaman “muerto viviente”. No esperéis ver un ‘The Walking Dead’, ni mucho menos, lo único importante en Santa Clarita es reír y pasarlo bien, si el estómago te lo permite.
Mucho gore en ‘Santa Clarita Diet’
Lo que más me sorprendió del estreno fue la cantidad de sangre y escenas brutales que tiene, de esas que si eres sensible te vas a tener que tapar los ojos, como si de una película de terror se tratara. Tal vez, si ‘Santa Clarita Diet’ se emitiera en un canal en abierto no tendríamos la ocasión de ver escenas tan sangrientas, pero Netflix, para bien o para mal, juega en otra liga, y no duda en mostrarnos el primer plano de la zombie arrancando de cuajo los dedos de su elegante merienda.
Drew Barrymore
La veterana actriz ha vuelto a la primera plana de una manera inusual. No es muy habitual que una (no tan) vieja gloria se sume al elenco de una comedia de este tipo. Aquí no vamos a ver a una Barrymore glamourosa o suspirando por su nuevo amante, nos va a enseñar su lado más gamberro. En el reparto destaca por su nombre, pero realmente no hace una gran labor, y tampoco es que le den mucho margen, solo la vemos embadurnada de ketchup y vomitando por todas las esquinas, así no hay quién se luzca. Le acompaña en sus fechorías Timothy Olyphant, con el que ya coincidió en la saga de “Scream”.
Estilo ‘Mujeres Desesperadas’
‘Santa Clarita Dieta’ nos traslada a un entorno idílico, entre las típicas casas americanas, en la periferia de las grandes ciudades, con amplios garajes y vistosos jardines a los pies de cada vivienda. Recuerda al plató de ‘Mujeres Desesperadas’, aunque en este caso la urbanización tiene más pinta de cartón piedra, o ni eso, porque a veces da la sensación de que interactúan delante de un chroma. Incluso tienen como vecino a Carlos Solís, cumpliendo uno de los tantos tópicos de los que abusan en la serie. Tenemos al adolescente freak o al poli duro con la mosca detrás de la oreja.
No es una serie que recomendaría, pero siempre se le puede dar una oportunidad al piloto, para degustar de esta sangrienta media hora, y que cada uno saque sus conclusiones. La primera temporada consta de diez episodios, y están a tiempo de alargarla por otra tanda de capítulos más en Netflix.