Santiago de Cali es la tercera ciudad más importante de Colombia. Tiene más de tres millones de habitantes y están divididos en lo que ellos llaman estratos. Van del uno, los que menos recursos tienen, al 6, el de mayor poder adquisitivo.
“Es una sociedad acostumbrada a convivir con la inseguridad”. Así lo reconoce Eduardo, casado con una mujer colombiana con la que vive desde 4 años en Cali. Teme un posible secuestro aunque asegura que se aprende a vivir con ese tipo de miedos. “Toda precaución poca para cuidarse de problemas”, dice.
Cali vive con la rémora de las organizaciones delictivas dedicadas al tráfico de drogas. Aunque sus años más sangrientos acabaron en la década pasada, en la sociedad sigue presente la violencia…en general, los caleños aún tienen miedo de hablar de este tema. Luis se casó con una mujer caleña y desde hace un año vive en Cali. Asegura que la inseguridad y la violencia están en el día a día. Cuenta que la ley prohíbe a dos hombres viajar en la misma moto por el temor a atentados. Cuando alguien pronuncia la palabra “mosca” está advirtiendo del riesgo real e inmediato de ser atracados.
La vida se hace en la calle. La música está por todas las esquinas. El rebusque es la salida de muchos caleños: venta ambulante ilegal en la calle a la que la policía hace la vista gorda. Y es que estamos en una ciudad en la que decir Cali es sinónimo de frutas.
Rita evidencia el problema de los desplazados de la guerrilla que llegan a Cali en busca de un futuro. La mayoría viven en condiciones de miseria. Un taxista que ha vivido en sus propias carnes la violencia del narcotráfico insiste en lo poco que ha cambiado Cali. Asegura, “sigue habiendo narcotraficantes, “traquetos”, pero la diferencia está en que intentamos pasar desapercibidos, sin hacer ostentación de la riqueza”. Se impone la ley del silencio, mirar hacia otro lado.
Pero Cali también es la capital de la salsa, los mejores bailarines nacen aquí y llegan a bailar a 45 revoluciones por minuto…por algo Cali es denominada “la sucursal del cielo”.
Santiago de Cali es un reportaje de Gemma Méndez.