Alejandra acaba de encontrarse con la sorpresa de que Fernando se casa cuando llegan noticias de que en la finca se ha producido una revuelta de los jornaleros. Aunque ambos están bien, los jornaleros están muy nerviosos y el hecho de que los de la Torre hayan decidido no plantar la cosecha puede acabar en tragedia.
Esta postura, la de no sembrar, enfrenta a Fernando con su padre. El joven desea serle fiel a los trabajadores que siempre lo han dado todo por ellos y su padre, en cambio, opina que no es momento para sentimentalismos pues hay algo mucho más importante en juego: el futuro y el nombre de los Osuna.
Fernando, desoyendo la opinión de sus padres y el hecho de que pueda ser peligroso, se encamina hacia la finca con la intención de resolver la situación por su cuenta. Mientras tanto, un sorprendido Jesús recibe de su hermana la noticia del enlace entre Mercedes y Fernando: la mujer de la que está secretamente enamorado va a casarse.
El hijo mayor de la familia De la Torre llega a la finca con el fin de aplacar los ánimos de los jornaleros pero en un principio estos desconfían e incluso le amenazan. Allí se encuentra con Alejandra. Pronto, reviven algunos de sus recuerdos y una especial conexión surge entre ellos: para Alejandra es el recuerdo de un gran amor; para Fernando el nacimiento de algo inesperado. Mercedes, que llega a las tierras en busca de Fernando, no tarda en notarlo. Destrozada, vuelve a Madrid con él, sabiendo que las miradas que ha observado entre ellos podrían ser el principio del fin para ella.
Por su parte, Encarna trata de ser feliz con Ventura pero pronto empieza a presentir que él le oculta algo. Además, tendrá un desagradable encuentro con Iturmendi, un policía en busca de contactos con el nuevo régimen. Éste le da sin querer la pista de que el Alemán será objeto de una redada. La noticia llega a Ventura que advierte a Amparo. Iturmendi, enfurecido, va en busca de Encarna para vengarse por haber desbaratado sus planes.