Iván Llera

ERT dejará de existir tras el cierre de la programación de esta noche. En su lugar funcionará lo antes posible un organismo público, moderno y con mucho menos personal”. El Gobierno de Grecia cerrará el servicio de radiotelevisión pública (ERT) del país desde esta misma medianoche según ha informado el portavoz del Ejecutivo, Simos Kedikoglu. La cadena opera tres canales de televisión y siete emisoras de radio. Cuenta con unos 2.800 trabajadores que ahora serán despedidos e indemnizados, lo que permitiría al país cumplir con la exigencia de la Troika de despedir a 2.000 empelados públicos. Con esta decisión el país heleno se convertirá en el primer estado europeo sin televisión pública, al menos temporalmente si se consuman las intenciones del Ejecutivo de crear un nuevo ente de menor tamaño.

 

El portavoz del Gobierno griego ha explicado que “ERT es un caso típico de la opacidad única y despilfarro increíble. Y eso termina hoy”, ha matizado tajante Kedikoglu en un discurso televisado. El nuevo ente de comunicación estatal nacerá con un servicio de radio y televisión propios y “menos personal” –unos 700 profesionales según las primeras cifras-, aunque ha detallado que los trabajadores de ERT ahora despedidos podrán solicitar su reingreso en la nueva corporación. La plantilla de la cadena ha manifestado su intención de mantener la emisión de ERT durante las 24 horas del día y han anunciado que guardarán la sede de la empresa.

 

El cierre de la radiotelevisión pública es posible desde que el 11 de junio el boletín oficial del país publicase un nuevo decreto que confiere a los ministros el poder de cerrar entidades públicas. Sin embargo, la decisión unilateral del primer ministro conservador Andonis Samarás ha pillado por sorpresa a los representantes del resto de formaciones con representación parlamentaria, incluidos sus socios de gobierno. Syriza, el Pasok y la Izquierda Democrática han insistido en que Grecia debe seguir teniendo una televisión pública. El líder de la oposición, Alexis Tsipras, de la coalición izquierdista Syriza, aseguró hace un mes que la emisora ​​debía ser liberada de su relación con el gobierno y centrarse en la producción nacional para seguir la línea de la BBC británica.

 

Pese a todo, el Gobierno heleno esgrime que el coste actual de ERT para los griegos supone una cantidad inasumible: alrededor de 300 millones de euros al año solo en electricidad (entre tres y ocho veces más que el resto de operadores), mientras que el tamaño de la plantilla cuadruplica los estándares correspondientes al número de espectadores y oyentes que siguen habitualmente sus emisiones en un mercado dominado por las televisiones privadas. Y va más allá: “Por cada empleado considerado como excesivo en ERT, habrá nuevas contrataciones en otros sectores más necesitados de personal, como hospitales y otros servicios de la administración pública donde son necesarios”.

 

La decisión del Gobierno griego es la más radical de las experimentadas hasta ahora en el viejo continente, aunque lo cierto es que todos los estados miembro han aplicado ajustes en la factura de sus emisoras públicas. En España, TVE terminó 2012 con dificultad después de sufrir un recorte de 200 millones de euros en sus cuentas. Tampoco se libran en Portugal, donde el Ejecutivo de Pedro Pasos Coelho se vio abocado a paralizar la externalización de la gestión del primer canal de la televisión pública por el mal momento del mercado. Aún así, RTP vive un proceso de reestructuración que ha supuesto la creación de un canon audiovisual de 2,25 euros al mes por familia, mientras se mantiene a la espera un posible ere que afectaría a 600 de los 2.025 trabajadores a los que emplea. Y es que de los ajustes no se libra ni la mismísima BBC que hace tan solo unas semanas vivió una intensa jornada de huelga en protesta por los 2.000 despidos previstos, la carga laboral y las denuncias de acoso.

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