El estreno del reality de supervivencia fue todo un éxito en audiencia, de eso no cabe duda. No obstante, ‘Supervivientes 2015’ tiene mucho margen de mejora, hay aspectos negativos que se repiten de las últimas ediciones, pero a esos se les han sumado otros nuevos por los que el espectador no debería pasar y exigir algo más de calidad en un producto que fue emblemático en su día.
Desde Tutele enumeraremos las cinco cosas que el reality de Telecinco debería cambiar o eliminar para hacer de ‘Supervivientes 2015’ un concurso más ameno y acorde con su espíritu.
1 – Presentadores desubicados
Llama la atención que del trío de presentadores sea la más nueva la que está ganando más puntos tras los primeros días de concurso. Lara Álvarez no es perfecta, pero queda bien en pantalla y es una chica sencilla y agradable, o al menos esa cara es la que muestra en los directos. Raquel Sánchez Silva era una todoterreno en la isla, pero en el plató de desinfla, no está a la altura de un debate más tróspido que aventurero.
Mientras que Raquel no es carne de ‘Sálvame’ y sucedáneos, con Jorge Javier ocurre todo lo contrario, el presentador se desenvuelve de maravilla vacilando a concursantes y defensores y haciendo un circo de todo. El problema es que los que queremos disfrutar de un ‘Supervivientes’ auténtico nos tenemos que estudiar la ficha personal y el pasado de cada colaborador de ‘Sálvame’. Incluso Raquel reconoce estar pez en la materia, por eso lo ideal sería hacer un cambio de papeles: Jorge Javier al debate para dar morbo y carnaza; y Raquel a las galas para garantizar rigurosidad.
2 – Casting flojo
Después del resbalón del año pasado, en Magnolia no han aprendido y siguen apostando por viceversas, incluso una de ellas repite la experiencia. Vale que Suhaila fue de las más auténticas en la edición pasada y fue una pena perderla de esa manera, pero eso no significa que sea imprescindible, o que sea la única choni con un carácter de miedo.
Entre los veteranos encontramos varios personajes que merecen la pena y pueden dar juego, Nacho Vidal, Lomana y (ya no como concursante) Gahona son valores seguros. Chabelita puede dar videos para rellenar horas de ‘Sálvame’, pero como concursante está demostrando ser ‘soseta’. En el otro bando son en su mayoría completos desconocidos, salidos de otros realitys o viceversas clones unos de otros.
3 – Isla Privilegio
Para una novedad que insertan este año no podemos estar más en contra de ella, incluso algunos concursantes que disfrutan del privilegio de vivir en una isla con todas las comodidades se han quejado de este apartado del concurso. Los ganadores de la prueba semanal podrán gozar de camas blandas, comida deliciosa ¡y hasta cubiertos!
Esto no tiene nada que ver con ‘Supervivientes’, esperemos que sea una de esas normas que introducen para ver cómo funciona y la eliminan en dos semanas. Como muchas otras cosas improvisadas que van ocurriendo en este desastroso programa.
4 – Pruebas aburridas
Hablando de improvisación, las pruebas de inmunidad o recompensa no dejan de ser igual de cutres que el año anterior. Y lo peor no es la escasez de (buenas) ideas a la hora de estructurarlas, sino la manera en la que la organización improvisa sobre la marcha. Nunca hay reglas claras, pero si no las hay en el concurso en general, no podemos esperar que las haya en una prueba concreta.
Además, siempre son relegadas a un segundo plano, dando más peso a cualquier polémica surgida en plató que a la lucha por el liderazgo o por una cena copiosa para los que deberían ser, y no son, los verdaderos protagonistas.
5 – Duración eterna
En ‘Supervivientes’ nos pueden dar las dos de la madrugada y todavía no han emitido el vídeo que anuncian mediante un cebo desde las 22:00 horas, no sabemos quién es el líder de la semana, ni mucho menos han empezado a nominar. Todo lo que describe al programa lo dejan para la última media hora, y no sería tan grave si no se alargaran las galas hasta las 2:30 de la madrugada.
Aunque no tengan nada que contar, las galas siguen estirándose de forma soporífera. ‘Supervivientes’ ha ido perdiendo ritmo en las últimas ediciones, a medida que gana cuota de share, porque a esas horas juegan sin competencia, y logran unas cifras desorbitadas de share, inflado a costa de multiplicar su duración, y engañar con la hora de comienzo de la gala.