Pol Morales

Si existía alguien sobre la faz de la tierra que todavía no conociera las adictivas andanzas de Carrie Mathison y Nicholas Brody, desde este pasado domingo ya no tiene excusa. ‘Homeland’ arrasó con su primer desembarco en los Emmys y se llevó por delante a los hasta ahora invencibles publicistas de ‘Mad men’. Pero más allá de los seis galardones obtenidos durante la noche, la serie de Showtime es noticia estos días por motivos mucho más prácticos. Tras doce capítulos de infarto y una larga espera para sus seguidores, este domingo se estrena por fin la segunda temporada.

 

‘Homeland’ regresa con las expectativas muy altas. No es sólo que los Obama hayan reconocido que es su serie favorita junto a ‘Boardwalk empire’. Más de cuatro millones de espectadores, sólo en Estados Unidos, esperan impacientes a conocer la respuesta de todos los interrogantes que dejó abiertos la primera temporada. ¿Recuperará Carrie la memoria tras su angustiosa sesión de electroshock? ¿Podrá volver a ser una agente de la CIA? ¿Hasta dónde llegará el sargento Brody en su carrera política? Los productores de esta ficción televisiva, abrumados por la enorme acogida, han desvelado a la revista ‘Entertainment weekly’ algunos de los detalles de esta nueva temporada y también han pedido cautela a sus seguidores: “Que respiren hondo y que, por favor, rebajen expectativas”.

 

La acción de ‘Homeland’ se retoma seis meses después del último capítulo. Carrie, luciendo ahora cabellera morena, se refugia con su hermana y su padre y se dedica a enseñar inglés a estudiantes árabes. Pero su apacible retiro se verá interrumpido cuando Saul la llame a filas desde Beirut, donde una fuente avisa de un potencial ataque terrorista a Estados Unidos del que sólo hablará con ella. La joven no puede resistir la oportunidad y reemprende su trabajo de espía de manera extraoficial, de tal forma que Beirut ocupará buena parte de la trama de los dos primeros capítulos de esta nueva temporada.

 

Por su parte, la carrera política de Brody ha avanzado de manera meteórica. Ocupando ahora una silla en el Congreso, se plantea una campaña junto al vicepresidente Walden, que le facilitaría todavía más el acceso a los objetivos de Al Qaeda. Los productores de ‘Homeland’ reconocen que uno de sus mayores retos ha sido resolver cuánto tiempo debían mantener la trama del agente terrorista secreto sin perder la tensión, la credibilidad y, sobre todo, los espectadores. “Lo que hemos aprendido de ‘24’ (su anterior producción) es a dar salida a aquellos personajes cuya historia ya ha sido contada”, reconoce uno de ellos. La muerte de Brody, prevista para el final de la primera temporada y replanteada tras el éxito de la serie, por tanto, no debería descartarse.

 

Pero de todas las cuestiones que están por resolver, la que quizá se espera con más ansia es si Carrie recuperará finalmente la memoria, especialmente ese detalle crucial (“Issa!”) que le ayudó a relacionar a última hora a Brody con Abu Nazir. “Puede ser, pero no de la manera que esperamos”, responde misterioso uno de los creadores. Los responsables de ‘Homeland’ también prometen que el vídeo en el que el marine confesaba su culpabilidad será descubierto, lo que complicará sus aspiraciones políticas. Mientras, su mujer, interpretada por Morena Baccarin, le cogerá el gusto a su nueva vida social en Washington, despertando en ella una ambición desconocida.

 

 

Por si fuera poco, la serie incorporará dos nuevos personajes al entramado. La ex ‘Lost’ Zuleikha Robinson encarnará a una periodista de Oriente Medio que también trabaja en secreto para Nazir, mientras que los cuarteles de la CIA reclutarán a un nuevo agente (Peter Quinn) que se convertirá en el antagonista de Carrie. Por su parte, ‘Homeland’ regresa el próximo domingo con la agente bipolar y Brody llevando vidas separadas. Pero que no se asusten los seguidores. El ansiado reencuentro entre los dos amantes imposibles se producirá en el cuarto capítulo. Como reconocen sus responsables, estos dos trenes avanzando en direcciones opuestas están condenados a la inevitable colisión. Los motores, por suerte, ya están calientes y listos para arrancar.

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